Historia de una psicosis colectiva
Saul Friedländer, maestro de la narración y el análisis histórico y cuyos padres murieron en Auschwitz, traza un relato sobrecogedor de la persecución y el genocidio de los judíos por el nazismo y la indiferencia europea entre 1933 y 1945
Esta monumental obra historiográfica que presentan Galaxia y Círculo, editada con esmero y traducida con excelencia, narra con detalle el acoso y exterminio de los judíos europeos por el régimen de Hitler y sus Estados satélites entre los años 1933 y 1945; si algo sobrevivió al Holocausto fueron los testimonios de las víctimas y las pruebas documentales de los verdugos. Saul Friedländer (Praga, 1932), judío cuyos padres murieron en Auschwitz, en la actualidad catedrático de Historia en Los Ángeles, lleva décadas investigando el Genocidio por antonomasia. En España contamos con otros libros suyos: ¿Por qué el Holocausto? (Gedisa) y Pío XII y el III Reich (Península). Friedländer es un maestro de la narración y el análisis histórico, de ahí que los dos tomos que reseñamos absorban y atrapen al lector desde la primera página, dejándolo estupefacto con la descripción de unos hechos que incluso siendo conocidos han de sobrecogerlo. Friedländer también plantea preguntas: ¿qué juego de ominosas voluntades, azares y circunstancias condujeron a más de seis millones de personas a la muerte? ¿Cómo actuó Europa frente a Hitler y sus planes genocidas? ¿Hasta qué punto el odio ancestral hacia los judíos, nunca extinguido en nuestro continente, contribuyó a la tragedia?
El Tercer Reich y los judíos (1933-1939). Los años de persecución El Tercer Reich y los judíos (1939-1945). Los años del exterminio
Saul Friedländer
Traducción de Ana Herrera
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores
Barcelona, 2009. 610 y 1.136 páginas
29 y 39 euros
Las respuestas se hallan en estos dos tomos imprescindibles (publicados en inglés en 1997 y 2007), con los que Friedländer amplía la obra de prestigiosos historiadores del Holocausto, como Poliakov o Hilberg. Toda la inusitada crueldad de lo acontecido lo recoge esta obra: desde el ascenso de Hitler al poder y el inicio de la segregación racial de los judíos alemanes hasta el desenlace final: el casi absoluto exterminio de la "raza maldita" en Europa, no sólo en los "campos de la muerte", sino también en los masivos pogromos auspiciados por los nazis y perpetrados, a menudo con entusiasmo, por ciertos sectores de la población local de países tales como Polonia, Ucrania, Lituania o Rumania.
El primer volumen describe los primeros años de la humillación colectiva de los ciudadanos judíos en el Tercer Reich, cuando el Estado racista de Hitler condenó a la miseria a miles de familias judías que, esquilmadas de todas las formas posibles, terminan por vagar de frontera en frontera en una Europa cuyos países más poderosos (también Inglaterra y Suiza) cerraron sus puertas a los inmigrantes extranjeros. Friedländer narra los pasos del macabro proceso alemán de acoso al judío: desde la promulgación de las leyes raciales de Núremberg hasta la Kristallnacht, el primer pogromo serio en el que ardieron sinagogas, miles de negocios judíos fueron destrozados y cerca de cien personas de la "raza impura" murieron "ajusticiadas" por el "pueblo" inflamado de "justa ira" por la muerte de un gerifalte nazi en París, tiroteado por un chico judío desesperado. El libro termina con una célebre reunión de jerarcas nazis en la que, animados por su odio racial, se las ingeniaron para dictar leyes antijudías cada vez más humillantes; tanto se ensañaron que el orondo ministro Göring observó: "No me gustaría ser judío en Alemania".
El segundo tomo (Premio Pulitzer 2008) detalla el desarrollo del exterminio fáctico, explícito en media Europa, dando voz a víctimas y verdugos: los diarios de particulares, entre ellos los más conocidos de Viktor Klemperer, Ana Frank o Mijaíl Sebastian, aportan sentimientos y reacciones; recrean con viveza un marco de horror sin precedentes. La narración de las ejecuciones perpetradas por los Einsatzgruppen en Europa del Este llena al lector de indignación y repugnancia, tanta como los recuerdos de los campos de exterminio: los viajes infernales en los vagones de ganado, la selección, las engañosas duchas, los cuerpos desnudos hacinados; todo ello, teñido del atroz sufrimiento de las víctimas y la anormal ponzoña sádica de los asesinos. Recuerdos que, reunidos aquí, constituyen una verdadera enciclopedia del horror criminal, testimonio del proceder antihumano del que es capaz el hombre.
Aparte de plasmar los crudos hechos de la humillación y el asesinato masivo, Friedländer describe la atmósfera social y política reinante en aquella Europa del Holocausto, cuando varios países abrazaban el fascismo. De los crímenes en sí fueron culpables los nazis y demás matarifes colaboradores, por supuesto, pero debe tenerse en cuenta que la tragedia halló un fértil caldo de cultivo en el odio ancestral a los judíos, dominante en una Europa que desde hacía poco menos de dos siglos aceptaba su emancipación. Atenazada por el miedo al bolchevismo, decepcionada del liberalismo, sometida a la demagogia de las derechas radicales, vio con indiferencia la persecución y el acoso de sus ciudadanos judíos. Friedländer es claro: la mayoría de los alemanes primero y de los europeos después miró hacia otro lado mientras se gestaba el genocidio. Las reacciones llegaron tarde. Una Europa torpona y semidormida, domeñada por una tradición cristiana mojigata y ciega que hasta aceptaba la idea de una "conspiración judía internacional", favoreció la psicosis colectiva que afectó en diversos grados al más culto de los continentes, revelando la ferocidad de sus demonios interiores; pocas naciones de Europa se salvaron de llevar sobre su conciencia sangre judía derramada.
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