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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Philippe Séguin, 'maestro' de políticos

Ministro de Chirac en 1986, era temido por sus colegas del Consejo por su brillantez y carácter irascible

Antonio Jiménez Barca

A las siete de la mañana de la madrugada del jueves murió de un fulminante ataque al corazón en París Philippe Séguin, ex ministro, ex diputado, ex alcalde y actualmente presidente de la Cámara de Cuentas de Francia. Tenía 66 años y su muerte, inesperada, conmocionó a la clase política francesa.

Había nacido en 1943 en Túnez. Su padre murió en combate en la II Guerra Mundial, algo que marcó al político a lo largo de toda su vida. Con becas, estudió en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA). En 1978, fue elegido diputado por el partido de Jacques Chirac, el RPR. Desde el principio destacó por su altura, su corpulencia, por su temperamento irascible, por su capacidad interminable de trabajo, su conocimiento de la historia y su capacidad demoledora como orador. Desde 1981, se batió casi en solitario con los victoriosos diputados de las filas socialistas de François Mitterrand. En 1986, Chirac le nombró ministro de Asuntos Sociales. Los otros ministros temían sus explosivos arranques de cólera en medio de los Consejos.

En 1992, se opuso a Mitterrand en los debates públicos y televisivos por el Tratado de Maastricht y encarnó el no de la derecha al euro y el no al tratado europeo.

En 1995, Chirac prefirió como primer ministro a Alain Juppé, de carácter y temperamento completamente opuestos al del expansivo Séguin, y la carrera de éste comenzó a declinar. En 2001 fracasó al presentarse como alcalde de París. En 2004, fue nombrado presidente de la Cámara de Cuentas.

Nada parecía indicar que Séguin, que amaba tanto el fútbol como la política, se encontraba al borde de la muerte. De ahí que su fallecimiento haya sorprendido a todo el mundo en Francia. Muchos de sus colaboradores de la Cámara de Cuentas comentaban ayer que el mismo miércoles habían hablado con él, que se encontraba un poco cansado, pero que no le notaron nada especial.

François Fillon, primer ministro, antiguo colaborador de Séguin, compareció en la televisión para homenajear al que durante años fue su maestro. "Hace pocos días le vi. Y él me miraba con esa ironía tierna con la que veía al joven diputado de entonces que era yo", manifestó.

El presidente Nicolas Sarkozy, en un libro publicado en 2000, lo describió así: "Es el más odioso y el más encantador; el más exasperante y el más amigo; el más brillante y el más oscuro". Ayer también se refirió a él: "Era un amigo. Hiciera lo que hiciera, Séguin nunca lo hacía de forma mediocre".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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