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Reportaje:

La cuesta de enero de Nadal

El español abre hoy el curso y sólo puede sumar puntos en dos de los próximos cuatro torneos

"Realmente no he parado de entrenarme, porque este año no ha habido posibilidad de parar". Vestido con una bata blanca y un gorro de pastelero, Rafael Nadal cumplió en diciembre con un acto de promoción y anunció que el calendario no daba para más: el 6 de diciembre ganó con sus compañeros la Copa Davis. El 7 fue recibido con ellos por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en el palacio de La Moncloa. Y al día siguiente, ya en Mallorca, de vuelta a Manacor, empezó a preparar lo que se le venía encima: debutar hoy contra el italiano Bolelli en el torneo de Qatar, el primero oficial de su temporada, sabiendo que es la única cita en la que puede sumar puntos fácilmente (cayó en cuartos en 2009) hasta que llegue marzo. ¿Qué ha pasado en medio? ¿Cómo se ha preparado para tamaño desafío, para su particular cuesta de enero, que tantas cosas puede decidir sobre su ranking? ¿Cómo afrontar que en el pasado curso firmara unos estupendos cuartos de final (Qatar), campeón (Abierto de Australia), finalista (Rotterdam) y campeón (Indian Wells) en los primeros cuatro torneos del año?

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Nadal, sin problemas ante Bolelli

En tan escaso tiempo, tres semanas raspadas, el mallorquín se recluyó en Manacor, donde recibió la visita de Carlos Moyà, ex número uno, hoy el 446, que volvió ayer a competir (derrota por 6-3 y 7-6 [2] ante el serbio Tipsarevic en Chennai) tras casi un año penando una lesión en la pierna derecha. "Y", cuenta Pepo Clavet, su nuevo entrenador; "aunque yo no estuve presente en Mallorca, mis fuentes me indicaron que fueron entrenamientos de muy alta calidad e intensidad". No fue en un sitio cualquiera: a finales de año se inauguró la primera fase del Centro de Tecnificación de Manacor, que ha costado más de cinco millones de euros, según el Diario de Mallorca. Allí, sobre cemento techado, el número dos disputó el test definitivo contra Moyà. Justo antes de viajar, ganó 7-5 un set de entrenamiento. "Con Carlos me encontré sobre todo con un jugador con muchas ganas de volver a entrenarse duro e intentar competir a gran nivel", explica Clavet. "A nivel físico cuando empezamos estaba bajo, pero su ascenso en este aspecto ha sido espectacular debido al gran trabajo de Joan Forcades y Pedro Salas".

Los dos mallorquines comparten preparador físico (Forcades) y ambición de mejora. Nadal, tras un final de curso complejo, vivirá días decisivos para su futuro de aquí a Roland Garros, porque en 2009 lo ganó casi todo en ese periodo. Llega ahora Bolelli, en el horizonte aparece Roger Federer, que también compite en Qatar, y en el pasado inmediato hay un precedente alentador. "Perdí cosas en 2009 por culpa de las lesiones pero también gané otras", reflexionó Nadal, que abrió 2010 venciendo en un torneo de exhibición en Abu Dabi tras ganar a David Ferrer y a Robin Perro Loco Soderling, una pieza codiciadísima, durísima sobre cemento y quizá premonitoria por su calidad: es el número ocho del mundo y su verdugo en Roland Garros.

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