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Trabajadores del textil se encierran en los bancos para salvar su empresa

Montoto presiona para que los bancos rebajen su deuda

La cuenta atrás para la empresa textil Montoto, en concurso de acreedores desde el año pasado, está a punto de terminar. Mañana expira el plazo para que 13 bancos, a los que la firma adeuda cerca de 15 millones de euros, decidan si aceptan el plan de viabilidad y renuncian a cobrar el 33%. Si la mayoría no llega a un acuerdo precipitarán el cierre de la empresa y el despido de sus 240 trabajadores, que ayer pedían a la desesperada una solución. Lo hicieron encerrándose en las oficinas principales de Caixa Galicia, Caixanova, Banco Popular, Banco Pastor y Santander en Lalín. Pasadas las diez de la mañana, un centenar de operarios, la mayoría mujeres, entraban en las oficinas, donde permanecieron hasta la hora del cierre. Por la tarde marcharon por el centro de Lalín y hoy volverán a repetir la acción.

Los acreedores tienen hasta mañana para decidir sobre el préstamo

En el mejor de los casos, si sale adelante el convenio de acreedores y se aprueba el plan de viabilidad, se irán a la calle 112 trabajadores con una indemnización de 35 días por año trabajado y un máximo de 15 meses. "Llevan desde verano mareando la perdiz y no han firmado nada". Xabier Aboi, portavoz de CIG, denunció ayer que tanto las entidades financieras como la Xunta "han provocado la situación". La Consellería de Economía autorizó el jueves pasado un aval de 5,8 millones de euros con cargo a los fondos Adiante, que servirá para refinanciar deuda con un plazo de once años y cuatro de carencia.

Poco antes había dado luz verde a un crédito participativo de 1,35 millones desde la gestora de capital riesgo Xesgalicia. No fueron suficientes los avales de tres millones que también concedió Economía el año pasado, por lo que la Administración, presente en el capital de Montoto con un 10%, ha tenido que seguir inyectando liquidez.

La empresa, que en 2007 llegó a facturar 27 millones de euros, produce las marcas Privata, Morgat y Boxley, que distribuye en centros de El Corte Inglés, Cortefiel y Lacoste. La familia Montoto fue relevada de la gestión hace un año y sustituida por un equipo de cuatro técnicos, entre los que se encuentra un responsable de la Xunta. Según los empleados, el giro ha ayudado a que se consigan nuevos clientes y se empiece a pagar a los proveedores.

La deuda global de la empresa asciende a 20 millones de euros. Según fuentes próximas a las negociaciones, las cajas gallegas estarían dispuestas a firmar el plan de viabilidad, que pese a todo tendrá que contar con el acuerdo de más bancos.

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ANDRÉS FRAGA

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