El dólar no se da por vencido
La mejoría de EE UU y una posible subida de los tipos de interés aúpan al billete verde
Ronald Reagan decía alto y claro que la fortaleza de la divisa era clave para la solidez de la economía y el prestigio de EE UU. El debate sobre la supremacía del dólar acaba de dar un giro, justo al final del año en que el mundo dejó de creer en él. La preocupación por la acumulación de deuda en Grecia, España e Irlanda hizo que muchos inversores buscaran refugio en la divisa estadounidense, escapando del euro.
Son factores sobre todo externos, pero también internos. La mejora gradual en la vivienda, el empleo y el consumo en EE UU refuerza la idea de que el encarecimiento del precio del dinero llegará más pronto que tarde, en seis meses. Esto se refleja en la cotización del dólar frente a las seis divisas rivales. Está a su nivel más alto desde septiembre, con un repunte del 5% desde el mínimo del 26 de noviembre. Resumiendo: es la recuperación más intensa en 10 meses.
Los problemas financieros en Europa lastran al euro
Por primera vez en muchos meses, la Bolsa y la divisa suben juntas
¿Estamos ante un cambio de tendencia permanente o temporal? Hay factores técnicos de final de año que explican esta aceleración, como la recogida de beneficios en Bolsa. Ello implicaría, según los estrategas en divisas de Brown Brothers Harriman, que podría debilitarse de nuevo al inicio de 2010, pero esa lógica tiene riesgos, porque no parece que los inversores tengan ahora motivos para especular a favor del euro o en contra del dólar.
Europa, vista desde EE UU, atraviesa por dificultades financieras serias y, encima, no crece como se esperaba, a lo que se le suman los problemas bancarios en Austria. El caso de la deuda soberana griega, según UBS, es "una llamada de atención" sobre los problemas que tienen en otros países de la zona, y eso lastra a la divisa europea.
El euro empezó a ganar posiciones en marzo, tras perder un 20% de su valor en tan sólo tres meses. Desde entonces, el repunte de la moneda única europea fue significativo, mientras tomaba cuerpo el debate de si el dólar debía seguir siendo la moneda internacional de reserva. "Disfrutad del repunte mientras dure", decía en mayo en su blog el analista George Kesarios, anticipando la ola de negatividad que estaba por llegar contra el euro.
"Hace seis meses, los especuladores esperaban que la zona euro sería de las primeras en recuperarse de la recesión global. Sin embargo, parece cada vez más claro que, en lugar de eso, se fue quedando cada vez más atrás en la carrera y que el Banco Central Europeo (BCE) no tocará tipos de interés hasta que la recuperación se palpe", explican desde AVAFX, donde califican de "irracional" el miedo que durante meses rodeó al dólar.
El euro, al ser divisa de distintos países, incentiva a la vez la cooperación y la competencia entre sus miembros. Las economías más fuertes compensan las debilidades de sus socios, pero el problema llega cuando ese equilibrio se pierde, como ahora, cuando son más los países con problemas que los que están sanos. "Europa tiene muchos tratados, pero no dispone de un mecanismo claro para lidiar con esta situación", lamentan desde IHS Global Insight.
La volatilidad vuelve así al mercado de divisas, como ya se vio a final de 2008 y comienzos de año. Mientras tanto, el oro se deja un 10% de su valor frente al máximo de 1.226,50 dólares.
La corrección del euro es fácil de explicar, pero no son pocos los que tienen dificultad para entender cómo el billete verde puede ser un puerto seguro. Hasta ahora ha dominado en Wall Street la creencia de que la debilidad de la moneda es buena para las acciones, porque potencia las exportaciones y el crecimiento de EE UU. Si el dólar baja, el índice S&P 500 sube; ésa era la norma. Pero el abaratamiento del billete verde no ha tenido el efecto tan positivo que esperaba el Tesoro, que, mientras defendía un dólar fuerte, no hacía nada para apoyar su divisa.
En las últimas semanas se ha producido, sin embargo, un cambio de tendencia en esta correlación, lo que podría indicar que el dólar puede haber tocado fondo. Ahora la divisa estadounidense sube con la Bolsa, en otro reflejo de la confianza que hay en el parqué hacia el repunte económico de EE UU y la expectativa de que esto llevará a la Reserva Federal a revisar su estrategia monetaria. "Al final, para una compañía, la demanda es más importante que la divisa", advierten en River Twice Research.
El catalizador del repunte fue, de hecho, el dato de empleo de noviembre, publicado el 4 de diciembre. La tasa de paro cayó dos décimas, al 10%, y la destrucción de empleo fue prácticamente inexistente, en torno a 11.000 contratos perdidos en el mes. "Vemos que la economía sigue en la senda de la recuperación y que la política monetaria empieza a volver a la normalidad", indican desde Wells Fargo, motivos que justifican una escalada del dólar.
Los indicadores adelantados y, sobre todo, unas ventas al por menor mejores de lo esperado en noviembre, junto a la mejora en la confianza de los consumidores, llevaron a Wall Street a pensar que el precio del dinero podría encarecerse en seis meses. "Parece que el consumidor es más resistente de lo anticipado", opinan los economistas de Bank of New York Mellon.
Los tipos de interés excepcionalmente bajos provocaron que los inversores vendieran sus dólares buscando hacerse con activos más rentables fuera de EE UU. Por eso la marcha de la política monetaria será clave para determinar movimientos a medio plazo en el dólar. Y si suben los tipos, más capital entrará en EE UU.
Ya hay algunas indicaciones de por dónde podrían ir las cosas a corto plazo en el banco central estadounidense. En su última reunión, la Reserva Federal anunció que el 1 de febrero empezará a retirar los 11,5 billones inyectados en el sistema para sacar a la economía de la Gran Recesión. Por todo ello hay cada vez más analistas que piensan que la tormenta provocada por la deuda griega es la excusa para poner fin a la negatividad que rodeaba desde finales de abril al dólar. "Toda subida empieza en algún sitio", comentan los estrategas de BMO Capital.
"Es demasiado pronto para cantar victoria", advierten desde Brown Brothers Harriman, mientras anticipan que basta con que el indicador de empleo de diciembre y enero sea negativo para que el dólar vuelva a caer. Es decir, la estabilidad del dólar podría ser realidad como pronto a lo largo del segundo trimestre de 2010. Es el mismo calendario que maneja Nouriel Roubini, uno de los economistas que anticipó la virulencia de la crisis financiera. -
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