El cortijo que lo vio todo
Éstas que son ahora ruinas del cortijo del Fraile fueron escenario, como es bien sabido, de un famoso crimen de sangre. El día de su boda, de madrugada, la novia Francisca Cañadas, hija del cortijero, se fugó a caballo con su primo Manuel Montes dejando al novio Casimiro plantado. Sucedió el 22 de julio de 1928. Poco después aparecieron el cadáver del amante ensangrentado y la novia llorando en el barranco junto a su cuñado José, que fue el que lo había matado. Bodas de sangre, de García Lorca, está inspirada en esta tragedia solar. El poeta la llenó de nanas y canciones nupciales, de coronas de azahar y alfileres de plata, de jóvenes machos vestidos de dulce pana y de navajas relumbrantes cuando en la realidad los actores eran productos de la España más negra sin lírica alguna en la sangre derramada. El cortijo del Fraile, por tierras de Níjar, en el parque del Cabo de Gata, estaba hasta hace poco rodeado de un inmenso pedregal entregado a los alacranes, pero ahora hasta sus ruinas han llegado los campos de plástico con lechugas, coles y tomates.
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