Consorcio y equipos discrepan sobre el inicio de la Copa del América

Hay mucho trabajo que hacer y el tiempo es escaso coincidieron ayer los miembros del consorcio Valencia 2007, organizador de la próxima edición de la Copa del América, una vez los tribunales han confirmado a Valencia como sede de las regatas de febrero. La reunión, cuya convocatoria se fraguó en horas, sirvió para discutir algunos aspectos básicos de la regata como es el emplazamiento de los barcos o la fecha de arranque. Los dos equipos en liza, el suizo Alinghi y el norteamericano BMW Oracle, llevaron a varios representantes.

La sorpresiva presencia del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, que acudió hasta la sede del consorcio para sacar pecho tras la resolución judicial de Nueva York, acrecentó la expectación en torno al encuentro. "Nos preparamos muy bien para la anterior y ahora estamos dispuestos a participar en una nueva gran fiesta de la vela", dijo Camps.

El presidente Camps se unió a la reunión para presumir de la competición

Las tres administraciones representadas en el consorcio -Gobierno español, Generalitat y Ayuntamiento de Valencia- plantearon la necesidad de que los barcos que compiten estén atracados en la dársena para que luzcan y puedan ser vistos por el gran público. En este sentido, la nave multicascos con la que BMW Oracle competirá tenía problemas, por su tamaño, para atracar en la dársena interior. Al final, se decidió ayer que hubiera un espacio alternativo pero que, en la medida de lo posible, las embarcaciones estuvieran en la dársena. El presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Rafael Aznar, aseguró por la mañana que la entidad facilitaría al Oracle un espacio adecuado.

El calendario de las pruebas fue motivo de un prolongado debate. Las administraciones quieren que el evento náutico incluya el mayor número de fines de semana para atraer al mayor número posible de público, pero los equipos no se pusieron de acuerdo y la cuestión se aparcó para más adelante. Barberá apuntó como fecha de arranque el viernes 12 de febrero, e incluso se mencionó el mes de abril, pero no se concretó nada.

También se habló de la cesión de los derechos de televisión al consorcio. La alcaldesa Rita Barberá ya adelantó hace unas semanas que esta competición será muy rápida, por la velocidad que alcanzan este tipo de embarcaciones y especuló con la posibilidad de que las regatas tengan que retransmitirse desde helicópteros.

La celebración de la competición no entraña en esta ocasión la obligación de pagar canon, como sucedió en la anterior edición de la Copa del América, pero aun así las administraciones deberán prever un presupuesto mínimo para el evento. En este sentido, deberá concretarse el contrato de televisión, los patrocinadores del evento náutico y qué animación se le dará a la dársena en estas fechas después de meses de abandono.

En cuanto a la competición, esta vez sólo dos equipos, el Alinghi, suizo, y el BMW Oracle, estadounidense, se batirán en un duelo al mejor de cinco o siete regatas. De hecho, su enfrentamiento en los tribunales fue el motivo por el que tuvieron que descolgarse los demás. Hace dos años participaron 11 equipos.

Todo será diferente en esta ocasión. No sólo porque no habrá regatas previas ni una competición por alcanzar la final para retar al defensor del título, el Alinghi, sino porque ni siquiera el tipo de embarcación será igual. En vez de los barcos utilizados en 2007, los AC90, en 2010 competirán catamaranes, mucho más veloces.