"Para ser suplente hay que prepararse mentalmente"
Dudek, diez partidos en tres años con el Madrid, reflexiona sobre su rol secundario mientras lee libros de psicología para mantenerse concentrado
Con 18 años Iker Casillas debutaba en San Mamés con el primer equipo del Real Madrid. Con 18 años Jerzy Dudek se dividía entre la escuela, el trabajo junto a su padre en una de las 120 minas de carbón de Knurow, su ciudad natal, y el fútbol en la calle. "Sí he pensado muchas veces en que con 18 años Iker ya estaba en el primer equipo y yo estaba a punto de fichar como cuarto portero de un club de Tercera. La diferencia es el fútbol", asegura el meta polaco del Madrid. Y matiza: "En España el fútbol también es cantera, sirve para formar talentos. En Polonia el fútbol es un trabajo más. Es decir, combinas las dos cosas: cuando fiché por el equipo de mi ciudad
entrábamos a las 8 de la mañana y hasta las 12 no nos entrenábamos", cuenta. ¿Y entonces? "Pues de 8 a 12 era trabajo: hacíamos de todo, desde la jardinería, pasando por el mantenimiento de las instalaciones y terminando con la limpieza de los vestuarios", explica. Luego, de 12 a 14 sí había sesión de entrenamiento.
"Sabía a lo que venía, pero eso no quiere decir que viniera de vacaciones"
Dudek llegó tarde al fútbol profesional. Pero dice que ayudar a su padre en la mina y juguetear en la calle lo compensó. "Creo que la mía fue la última generación de futbolistas que se crió en la calle. Mi sueño era ser futbolista pero siempre pensé que no estaba preparado para eso", dice. Dudek hoy tiene 36 años, llegó al Madrid en el verano de 2007 -y después de haber ganado, parando dos penaltis, una Champions con el Liverpool- y está condenado a la suplencia. Asegura que sabe a lo que venía, pero que no se esperaba jugar tan poco. La primera temporada disputó cinco partidos, el año pasado tres y éste dos. Es decir, 10 en tres años. "No era lo que yo había calculado, pensaba que iba a jugar más, pero... Te aburres y no es fácil, pero piensas que la temporada siguiente va a ser mejor...", asume.
No es el caso. La de este año, por ejemplo, para él ya se ha acabado. Terminó el 10 de noviembre contra el Alcorcón y la eliminación del Madrid de la Copa, la única competición a la que se agarraba Dudek. ¿Y ahora qué? ¿Qué hará de aquí hasta final de temporada? Cuando se le pregunta si rezará para que Casillas se coja una gripe, se limita a sonreír. "Puede parecer que no, pero yo sigo disfrutando del fútbol, me gusta entrenarme. Me encuentro ágil todavía, mi cuerpo responde y me respeta. Lo que sí hago todos los días cuando termina el entrenamiento es pasarme por el gimnasio. Necesito hacer más para irme satisfecho a casa", confiesa. Esa rutina, la del suplente, en el mejor de los casos acabaría con la paciencia de cualquiera y en el peor provocaría algún que otro sentido de inferioridad. A Dudek no. "Soy portero y los porteros somos distintos. Además yo lo vivo como un proceso más de aprendizaje: he vivido en Holanda, Inglaterra y ahora aquí. Es otra forma más para crecer y educarte. El fútbol de aquí no tiene nada que ver con Inglaterra: en dos años y medio he cambiado a tres técnicos y dos presidentes... Me fascinan los mecanismos de un club y del fútbol fuera del campo", asegura.
"Yo sabía a lo que venía. El Madrid buscaba un portero suplente. Eso no quiere decir que haya venido aquí de vacaciones", matiza al tiempo que recuerda las palabras de su consejero Leo Beenhakker. "Me llamó y me dijo que no me lo pensara dos veces, que me fuera al Madrid. Pero que de descansar nada, que me habrían necesitado algún día y ese día tenía que estar listo mental y físicamente". Esa es, precisamente, una de las tareas a las que se enfrenta a diario Dudek. "Para mí siempre es lunes porque al no vivir los partidos no tengo la sensación de los sábados y de los domingos. La competición a mí me la dan únicamente las concentraciones con el equipo.", explica. "Para eso, para asumir una suplencia, hay que prepararse mentalmente. Mi fuerza es el trabajo. Talento tenemos todos, pero para ser futbolista profesional hay que tener un plus. A mí ese plus me lo da el esfuerzo diario", comenta antes de desvelar su secreto: "Para mantenerme concentrado en la competición pues leo libros de psicología deportiva y no deportiva".
Y luego, una vez en casa, disfruta de la familia. "Por las tardes pongo música polaca en casa y canto y bailo con mis hijas pequeñas. Ellas también me ayudan a mantenerme joven", dice antes de enfundarse un forro polar rojo y marcharse a su casa. ¿Pero usted es mejor que Casillas? "En algunas cosas...", se despide sin querer decir cuáles. "Eso sí, me gustaría tener su personalidad".
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