Doble gatillazo, doble reto para Messina
Prokom y Xacobeo son los nombres de los inesperados equipos que han logrado poner en solfa el estruendoso éxito del incipiente proyecto del Real Madrid. Un club de Gdynia (Polonia), en pugna por meterse en la segunda fase de la Euroliga, y el de Santiago de Compostela, formado deprisa y corriendo este verano para aprovechar la sentencia favorable que le permitió retornar a la ACB 19 años después de haber impugnado su descenso por alineación indebida, han roto la inmaculada trayectoria de los de Ettore Messina. Logan, Qyntel Woods y Hrycaniuk, el miércoles (82-76), y Vasileiadis, Hettsheimeir y Manzano, ayer (78-68 tras una prórroga), son los nada famosos apellidos de los verdugos del cuadro madridista.
Para lo bueno y para lo malo, el Madrid no es del técnico, sino de los jugadores
Por supuesto, el Prokom y el Xacobeo merecen todos los elogios por sus meritorias actuaciones, pero, en un intento de análisis metódico, es ilustrativo hurgar más en los fallos o las carencias del propio Madrid que en el potencial de los modestos rivales ante los que cayó. Eso, dejando clara la relatividad de los más sesudos análisis cuando suceden escenas tan delirantes como la que aconteció a falta de tres minutos para el final de la prórroga en Santiago. Tiempo muerto. Messina, visiblemente enfadado por el mal juego de su equipo, les pide, por favor, a sus jugadores que muevan el balón, lo conduzcan cerca de la canasta contraria y, después de determinados bloqueos, ejecuten un tiro tan estudiado y entrenado, se supone, como el desarrollo de toda la acción. Concluye el tiempo muerto. Kaukenas saca de fondo, bajo el aro del Madrid, y se la pasa de primeras a... Stanic, a la sazón jugador del Xacobeo.
Al Madrid se le denomina a menudo el equipo de Messina, pero queda claro que, para lo bueno y para lo malo, acaba siendo el Madrid de los jugadores. No se entiende cómo Velickovic, al que algunas voces se atrevían ya a comparar con Kukoc, ¡casi nada!, ha pasado de actuaciones ciertamente estelares a quedarse en un punto y un rebote en casi 17 minutos ante el Prokom y en cuatro puntos y otros tantos rebotes en 20 minutos ante el Xacobeo. No se entiende tampoco que el Madrid perdiera 20 veces el balón en Polonia y 16 en Santiago ni que lanzara más triples, ¡37!, que tiros de dos, 32, por más zona en defensa que le planteara el Xacobeo. Y eso que el equipo de Curro Segura se olvidó de recurrir a una zona mixta y tardó un mundo en intentar atar en corto a Bullock. Gracias a su veterano tirador y a sus cinco puntos cuando perdía por 62-58, logró empatar el Madrid a 63 y forzar la prórroga.
Más disculpable, tras su largo periodo de convalecencia, puede ser el rendimiento de Felipe Reyes. También ha ido a la baja Lavrinovic, sólo cinco puntos y cinco rebotes en Santiago, lo que, unido a la ausencia de Van den Spiegel, provocó evidentes lagunas del Madrid cerca del aro, incapaz de superar el 40% de acierto en tiros de dos en sus dos derrotas en cuestión.
A Messina se le presenta un interesante doble reto: recomponer el juego de su equipo y superar dos de los retos que tiene subrayados en su calendario, el próximo miércoles en la cancha del Panathinaikos y el domingo 27 en Vistalegre contra el Barcelona, que arrasó al Valladolid (83-50) y ahora es el líder de la ACB al superar al Madrid aunque sólo sea por la de diferencia de puntos a favor y en contra.
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