Fernández es socio todavía de alguno de sus denunciantes

Jabyer Fernández se introdujo en 2003 en la sociedad vizcaína de la mano de un selecto grupo de amigos. Enrique Curro Guzmán, Joseba Intxaurraga y Miguel Michelo Aguirre le sirvieron de puente entre su pasado muy ligado a la ferralla y su ambición como empresario de la construcción selectiva. Le acompañaba, además permanentemente, el significativo apoyo de Pedro Velasco, un veterano industrial del hierro ya fallecido, que siempre le reconoció sus méritos para el negocio. Por el medio, su paso por el Athletic y la creación de un auténtico lobby que permitió a uno de sus miembros, Fernando García-Macua llegar a la presidencia del club bilbaíno. Y al final, un desencuentro societario que acaba en los tribunales.

Sin embargo, Fernández no se ha desligado directamente o por vías interpuestas de algunos de sus principales amigos. El caso más paradójico radica en la composición accionarial de Talleres de Guernica, donde el presidente de Afer comparte consejo con Enrique Guzmán, según se refleja en el Registro Mercantil Central. Guzmán es uno de los firmantes de la denuncia contra Fernández por apropiación indebida, junto a otros dos supuestos delitos, de los 43,5 millones de IVA de la operación Puerta de Bilbao.

A su vez, también se aprecia la relación de Fernández con otros compañeros de viaje empresarial como es el caso de Joseba Inchaurraga, en la Compañía Vasca de Ingeniería. En esta empresa, donde Enrique Guzmán también figura en calidad de vicepresidente y consejero, se encuentran personas íntimamente relacionados con el dueño de Afer como son el arquitecto Jon Basabe y Susana Díez Fernández.

Con todo, Fernández ha dado un giro a la composición societaria de varias de sus empresas y ha depositado su máxima confianza en Tomás Ibarlucea, María Dolores Montenegro, Juan Tomás Puerta y su secretaria particular, Beatriz Samperio,