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Reportaje:

Vietnam, a su aire

El país del sureste asiático devalúa la moneda para mejorar su competitividad en el mercado internacional

Vietnam ha revolucionado el panorama económico asiático. La autoridad económica del país ha devaluado un 5,16% su moneda, el dong, con relación al dólar casi al mismo tiempo que ha elevado sus tasas de interés en un punto, hasta el 8%. Esta doble jugada, que busca potenciar el alicaído sector exportador y controlar una creciente inflación, no ha sido bien vista en el vecindario, ya que es considerada como una competencia no del todo justa con el resto de economías de la zona, que todavía no logran dejar atrás la crisis económica.

Si hablamos en términos macroeconómicos, Vietnam ha sorteado impecablemente el temporal financiero con un crecimiento del PIB del 6,2% en 2008 y probablemente del 5,5% para este año, según el pronóstico del Banco Mundial. Durante estos dos cursos, el Gobierno ha logrado mantener el nivel del consumo y de la producción interna, en parte gracias a una inyección de 16.000 millones de dólares a la economía, pero también por la ordenada disciplina fiscal y por las reformas liberalizadoras emprendidas en esta década.

La inversión extranjera y las exportaciones se debilitan

En este periodo, Vietnam se ha convertido en la segunda economía de más rápido crecimiento de Asia después de China, con una media del 6,9% de alza en el último quinquenio. Gracias a la masiva llegada de inversión extranjera -atraída por unas favorables condiciones fiscales y una flexible legislación laboral-, Vietnam se ha convertido en líder en exportación de materias primas como el arroz y el café, pero también ha construido un capital humano con una de las tasas más altas de alfabetización en Asia. El próximo año, el PIB per cápita puede llegar a los 1.200 dólares anuales.

No obstante, este positivo panorama comienza a dar síntomas de agotamiento, especialmente en los dos puntales de la economía: la inversión extranjera y las exportaciones. En los primeros 11 meses del año, Vietnam sólo atrajo 19.700 millones de dólares en capital extranjero, una cuarta parte de lo registrado el mismo periodo del año pasado. Paralelamente, las exportaciones llegaron a los 51.300 millones de dólares en este mismo periodo, un 18% menos con relación al año pasado. Con estos números, el déficit comercial se disparó a 10.200 millones de dólares hasta noviembre.

Para intentar detener esta sangría, la autoridad económica ha decidido devaluar el dong, hacer más fuertes sus exportaciones y sacar mayor rendimiento comercial con menor producción. No obstante, los analistas creen que esta medida no será suficiente si las condiciones del comercio mundial no mejoran y los pedidos de sus principales socios comerciales -entre los que destaca China- no aumentan. Lo que sí puede generar es un aumento de su cuota de mercado con relación a sus vecinos.

Esta medida ha venido acompañada por un alza en las tasas de interés que, en teoría, frenaría nuevas devaluaciones, pero además ayuda a contener la inflación crónica que ha afectado al país durante esta década. La masiva llegada de inversores extranjeros sobrecalentó la economía y disparó los precios que llegaron a un pico del 20% de crecimiento mensual el año pasado. Un crecimiento que posteriormente fue frenado por la actual crisis económica, pero que podría volver con la mejora en los números macroeconómicos. El último dato señala que este año la inflación vietnamita podría cerrar en el 6%.

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