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Reportaje:

Villar Mir le paga la casa a Fraga

El empresario financiará la rehabilitación del inmueble de Vilalba en el que se crió el ex presidente de la Xunta para convertirla en museo y biblioteca

"Queda pouco tempo. Quero eso feito", le apremia Fraga, siempre en gallego, a José María García Leira, ex alcalde de Vilalba, ex presidente del Parlamento gallego y ahora vicepresidente de la Fundación Manuel Fraga Iribarne, nacida en 2004. El senador sueña con vivir lo suficiente como para inaugurar la rehabilitación de su casa natal, aquélla que compraron sus padres, emigrados en Cuba, en 1921 y en la que vino él al mundo el 23 de noviembre del año siguiente. Fuera había un columpio que ya no está, y dentro un piano que sigue estando. Lo tocaban los hermanos del ex presidente de la Xunta (en total, fueron 12 hijos, todos más jóvenes que don Manuel), pero a él le dio por el violín, aunque nunca domeñó el instrumento.

Caixa Galicia compró la vivienda para evitar su venta a particulares
Los hermanos tocaban el piano, don Manuel lo intentó con el violín

En 2005, cinco meses antes de llegar el bipartito a la Xunta, la Consellería de Presidencia declaró de interés cultural la Fundación que lleva el nombre de Fraga, un año más tarde, la institución consiguió hacerse con la casa vilalbesa en la que se crió el ex presidente, en una operación auspiciada por entidades financieras. Los hermanos de Fraga no se ponían de acuerdo, unos querían vender y otros no, y había varias inmobiliarias interesadas en hacerse con el deteriorado caserón de cuatro plantas, el 19 de la Rúa da Pravia, que ya entonces superaba los 400.000 euros.

Para evitar la venta a particulares y facilitarle la compra a la institución, Caixa Galicia hizo una oferta. La familia asintió y luego la caja de ahorros firmó un acuerdo de cesión-venta con la fundación. En la maniobra final participaron aportando dinero Caixanova (180.000 euros), el Santander Central Hispano (180.000), de nuevo Caixa Galicia (180.000) y el Pastor (120.000), y a la fundación llegaron además donativos de particulares de hasta 10.000 euros.

Después de pagar el inmueble, a la Fraga Iribarne le quedaron unos 400.000 euros para restaurarlo, pero no eran suficientes. No llegaban entonces y tampoco llegan ahora, a pesar de que, con la crisis, los proyectos que se han ido sucediendo han sido cada vez más austeros. El primer plan hablaba de construir un nuevo edificio en la huerta para el museo y la biblioteca, el segundo proponía vaciar la casa natal, echarle un quinto piso y cambiar toda la estructura interna dejando un gran hueco central. Ahora, el arquitecto, que es José Gaona Fraga, sobrino del ex presidente, está "a punto" de entregar el presupuesto de un reformado con muchos recortes, un proyecto "sobrio", de "mínimos esenciales".

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Ya no habrá edificio anexo ni más pisos que cuatro, los tres que ocupaba aquella familia numerosa y el bajo que siempre estuvo alquilado a un banco, primero el de La Coruña, después, el de Bilbao. Y se respetarán la fachada y la vieja estructura, al menos en dos de las plantas, aunque seguirá siendo necesario tirar la casa por dentro, porque las vigas de castaño ya no aguantan y hay que consolidar las alturas con hormigón. García Leira confía en que la obra no llegue al millón de euros, y aventura que el trabajo de vaciado comenzará en enero gracias a la irrupción, hace dos años, de un nuevo miembro activo en el patronato de la fundación: Juan Miguel Villar Mir, accionista mayoritario de OHL, propietario de Ferroatlántica, reflotador de empresas desahuciadas, ministro con Arias Navarro y alto cargo del Estado franquista.

En la última reunión que convocó el patronato en Madrid (se citan siempre en la Sociedad Geográfica) Villar Mir se ofreció para financiar la rehabilitación de la casa natal de Fraga. Después, para ponerla en marcha, la fundación que preside el economista Juan Velarde tendrá, según García Leira, que "buscar protectores" y apoyo institucional y contratar archiveros y bibliotecarios, "aunque sean becarios", para poner orden en el legado de un político que, según el vicepresidente de la institución, lee "uno o dos libros al día". De momento, el hombre que gobernó Galicia casi 16 años ha donado "mucha carta, mucho documento gráfico, cuadros, títulos honoríficos y entre 60.000 y 70.000 volúmenes" (todavía no se han contado) que ocupan, en cajas, "150 metros cúbicos".

El patronato (integrado por nombres como los de Ana Pastor, Robles Piquer, Feliciano Barrera, Fernández Albor, Rajoy, Ramón Villares, Romay Beccaría, Martín Villa o Abel Matutes) pretende con esto promover el estudio de la figura de Fraga, su papel en la historia de Galicia y su "pensamiento humanista cristiano". Pero para el común de los mortales, lo más interesante será recorrer la casa museo, donde se van a conservar los muebles de castaño y esos otros de caoba que se hicieron con la madera de los baúles traídos de Cuba, el piano, la lareira, un baño de piedra para salar el cerdo y una enorme casa de muñecas.

José María García Leira, vicepresidente de la Fundación Manuel Fraga Iribarne, en la casa natal de éste en Vilalba.
José María García Leira, vicepresidente de la Fundación Manuel Fraga Iribarne, en la casa natal de éste en Vilalba.XOSÉ MARRA

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