Buen estreno de Harth-Bedoya al frente de la Orquesta Sinfónica

El debut en el podio de la Sinfónica del peruano Miguel Harth-Bedoya y la presencia de tres obras que la orquesta tocaba por primera vez marcaron el pasado viernes un pleno de novedades en el Palacio de la Ópera de A Coruña. El gallego Fernando Alonso, autor de la Suite latinoamericana (estreno absoluto), no parece haberse marcado ningún objetivo de trascendencia para su obra. Se trata de una música llena de ritmo y color orquestal, de fácil escucha, que fue muy bien traducida a sonido por Miguel Harth-Bedoya y la Sinfónica. La obra inició la gran noche de los percusionistas y los metales de la orquesta coruñesa y fue muy bien acogida por el público.

El violín de Dmitri Sitkovetski expresó con adecuada sobriedad la parte solista de L'arbre des songes, de Henry Dutilleux. Es un concierto totalmente alejado del virtuosismo característico del romanticismo que aún hoy perdura como arquetipo, lo que hizo que fuera recibido con menos calor del merecido por el solista y por la creación de ambientes sonoros que hizo Harth-Bedoya con la Sinfónica.

La noche de los mayas, del mejicano Silvestre Revueltas, deriva de la banda sonora del film homónimo de Chano Ureta (1937). La capacidad evocadora habitual de la música de cine se traduce en un ambiente supuestamente ancestral de dramatismo grandilocuente, los ritmos de una Noche de jarana colonial, la serenidad de un nocturno en Noche de Yucatán y la acción hecha música en Noche de encantamiento.