Más de la tercera parte de las plazas hoteleras cerrarán en invierno
Los hoteles andaluces registraron un descenso del 8% respecto a 2008
El turismo andaluz se enfrenta a unos meses difíciles. La caída de la actividad hotelera a lo largo del año y el temor a que la temporada baja sea peor a lo habitual han motivado que crezca el número de establecimientos que echen el cierre entre noviembre y febrero.
Esta temporada invernal estarán fuera de servicio 74.922 camas, el 36,2% del total de la oferta andaluza, y casi 15.000 más de las que cerraron el año anterior. Para la patronal, se trata de medidas inevitables para soportar la caída de la actividad, aunque para los sindicatos, no siempre los cierres están justificados por el retroceso de la demanda.
CC OO lamenta las consecuencias laborales tan negativas de esta situación y estima que unos 2.500 trabajadores más que el invierno anterior se quedarán sin trabajar y tendrán que consumir parte de las prestaciones por desempleo a las que tienen derecho.
Especialmente significativo es el caso de la Costa del Sol, zona tradicionalmente con menos tendencia a la estacionalidad que otros destinos, y donde van a cerrar 25.500 camas, el 30% de su oferta total, cuando el invierno pasado echó el cierre el 20%.
Con todo, las costas almeriense y atlántica siguen teniendo más alta temporalidad. En Almería, por ejemplo, cierra la mitad de su oferta hotelera, 16.000 camas, 3.600 más que el invierno pasado. En Cádiz no hay alteración y volverán a cerrar otras 16.000 plazas, el 40% de su oferta total.
Esta proporción es la misma que la de Huelva, donde estarán sin servicio 9.400 plazas, unas 2.000 más que un año atrás. En la costa de Granada cerrarán 7.900 plazas, las mismas que el invierno pasado, un 30% de su oferta. En los primeros nueve meses del año los hoteles andaluces registraron 2,9 millones de estancias menos que en el mismo período de 2008, un descenso del 8%.La caída es mucho mayor en el caso de las pernoctaciones de extranjeros, que han caído un 15% respecto al año pasado, de forma que de los 2,9 millones de estancias perdidas, 2,4 corresponden a viajeros extranjeros. Una de las consecuencias es la fuerte disminución de la ocupación de las plazas, con la consiguiente pérdida de rentabilidad para los hoteles.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la ocupación media de las camas entre enero y septiembre fue del 46,3%, cuando en el mismo periodo del año anterior fue del 51,8%. Enero es el mes con menor actividad, y en el de 2009 apenas se sobrepasó el 27,1%, cinco puntos menos que en el primer mes de 2008. La lógica apunta que enero de 2010 será aún peor.
El último estudio de la patronal Exceltur apunta que, pese a los datos de ocupación buenos del verano, el 90% de los establecimientos hoteleros tuvo menos beneficios que en el tercer trimestre de 2008. También señala la tendencia a una pérdida de actividad más marcada en los hoteles de ciudad.
El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), José Carlos Escribano, explica que el cierre por temporada es "una medida responsable" porque se hace "para asegurar la rentabilidad futura de un hotel". Además, resalta que los cierres se han pactado con los sindicatos para que no haya traumas laborales y para garantizar el mantenimiento del empleo. "Que nadie tenga duda de que lo que un empresario quiere es tener siempre abierto su hotel", insiste para replicar las críticas de los sindicatos.
Y es que, según el secretario general de la Federación Andaluza de Hostelería de CC OO, Gonzalo Fuentes, no todos los cierres están justificados por la bajada de la demanda y denuncia la existencia de "políticas de hechos consumados, porque muchos establecimientos lo que hacen es no admitir reservas para los meses de invierno, y cuando llega el momento plantean que no pueden permanecer abiertos porque no tienen clientes".
Fuentes alerta sobre un intento de muchos empresarios de reconvertir establecimientos permanentes en hoteles de temporada, y se queja de que los que cierran lo hacen cada vez por más tiempo, lo que compromete la estabilidad laboral. Normalmente, los hoteles que cierran pactan expedientes de regulación temporal y sus empleados están tres meses en el paro, pero consumen derechos de prestación.
El sector ya padece una pérdida de empleo importante. Según datos del INE, la media mensual de empleados en los hoteles andaluces ha sido entre enero y septiembre de 33.461 trabajadores, 3.559 menos que en el mismo periodo del año anterior, con puntas de 40.678 trabajadores en agosto y 25.582 en enero; frente a 43.210 y 28.511 de los mismos meses, respectivamente, en 2008.
El secretario de Hostelería de UGT en Málaga, José Antonio Sedano, reconoce que los cierres por temporada se han pactado con los empresarios; pero llama la atención sobre la situación de unos 2.000 trabajadores que sólo en la Costa del Sol se han quedado sin empleo por la suspensión de pagos de sus empresas, la mayoría de ellas sociedades de origen inmobiliario, como Aifos, que tiene los hoteles Guadalpín y Byblos en proceso concursal. El presidente de la patronal propone presentar la situación en positivo. "No es que la Costa del Sol vaya a estar más cerrada que nunca. Va a tener oferta suficiente, y hay mucho que hacer aquí. Digamos en todo caso que va a estar menos abierta que antes", arguye.
Los sindicatos quieren tener un encuentro con los consejeros de Turismo, Luciano Alonso, y de Empleo, Antonio Fernández, para abordar la situación y definir un marco de posibles actuaciones. Según Gonzalo Fuentes, es inevitable que haya cierre de hoteles en temporada baja porque hay menos actividad, pero debería planificarse y definir mejor dónde y en qué plazos, ya que entiende que en muchas ocasiones el cierre de establecimientos es muy negativo para la promoción de un determinado destino y puede causar más perjuicio a los que permanecen abiertos, además de las consecuencias que tiene en actividades inducidas relacionadas con el turismo.
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