Manual para arrasar en Hollywood sin tener un triste euro

Crear no es sencillo. Menos cuando el presupuesto es cercano a cero. ¿Cuáles son las claves para confeccionar un proyecto cinematográfico decente sin un duro? El Taller de Cine de Bajo Coste, organizado por el Festival de Cine de Alcalá de Henares, reunirá desde el martes a profesionales acostumbrados a las estrecheces. Un productor y dos directores-guionistas invitados a las jornadas adelantan su receta.

ESCENA 1: En una habitación, solo con la libreta. El protagonista tiene una idea: una película de época, con grandes decorados y vestuario. Entonces recuerda un consejo de Borja Cobeaga, director y co-guionista de Pagafantas: "Inspírate en lo cercano. El papel es barato, pero que no se te vaya la olla". Objetivo: una historia realizable, con pocos personajes, localizaciones baratas y accesibles. ¿Implicará desechar el storyboard que guarda en el cajón sobre unos androides decididos a imponer un orden mundial ecologista basado en la zoofilia? Posiblemente.

"No hay que dejar de arriesgar por la escasez", dice Borja Cobeaga

ESCENA 2: Una papelera llena de bolas de papel. Llega el miedo escénico, pero "no hay que dejar de arriesgar ni de crear buenas historias por la escasez. Adáptalas", recuerda Cobeaga. Nacho Vigalondo, director de Los cronocrímenes y candidato al Oscar en 2004 por su corto 7:35 de la mañana, cree que hay que renunciar a lo innecesario, pero no al talento: "Una obra maestra como Al final de la escapada, de Godard, se podría rodar con una cámara de vídeo". Nota en el diario de rodaje: ser pobre no equivale a andar corto de ideas.

ESCENA 3: Presentando a un nuevo personaje: el productor. El protagonista se convierte en director y comprende que conviene contar con una figura con su misma pasión, pero dedicado a bregar con la administración del rodaje y a buscar subvenciones. Koldo Zuazua, productor, entre muchos éxitos, de Yo, también, considera que la figura es esencial cuando hay poco tiempo y el director no posee el don de la ubicuidad. Éste es un buen momento para fijar el presupuesto mínimo: puede ser de cero si el proyecto es completamente amateur; para unas mínimas garantías, Zuazua sitúa la horquilla entre 1.000 y 2.000 euros por día de rodaje.

ESCENA 4: ¿Éste es mi equipo? El protagonista descubre que lo conforman su vecino, dos actores aficionados y una prima de 80 años. No es lo ideal: sin profesionales el resultado se resentirá, pero a veces no hay más remedio. Hay que fijar prioridades: ¿gastar un poco más en los intérpretes, en técnicos...? Una película con dos actores en una habitación puede ser estupenda, pero no hay que olvidar lo que avisa Vigalondo: "Está la foto, el sonido... Es un error despreciar ciertos lenguajes". Por si acaso, Cobeaga apunta que se puede hasta vivir sin cámara ni actores: "Con un buen montaje de imágenes del YouTube se hacen cosas interesantes". Un ejemplo cercano a la idea es el corto Pene, de Daniel Sánchez Arévalo.

ESCENA 6: El fuego devora los rollos de película. Rodar en 35 mm equivale a olvidarse del presupuesto bajo. Con una cámara digital, un programa de montaje y poco más, se puede empezar. El poco más son el alquiler de un equipo de micrófonos y otro de focos. "Imprescindibles para darle dimensión y textura a la película", apunta Zuazua.

ESCENA 7: El director no sabe si es orfebre o velocista. "Rodar barato es rodar rápido", tiene claro Vigalondo. Un día de retraso es una herida mortal al presupuesto. La precisión es imprescindible. "Cada escena tiene que estar perfectamente ensayada", recuerda Zuazua. Un guionista al lado que permita rehacer el libreto cada vez que surja un contratiempo es vital.

FINAL: La alfombra roja. "Mi primer corto lo rodé en el jardín, con 11 años. Costó lo que cuestan los petardos. Era una de acción", suena en off la voz de Cobeaga. Pero tampoco hay que hacerse ilusiones: Zuazua recuerda lo difícil que le resulta al bajo presupuesto llegar a los festivales. "Muchos no permiten competir a los cortos grabados en digital. Es un error".

APUNTES PARA UNA SECUELA: "Es todo un asunto de sentido común y planificación", repiten autores y productor reunidos como el consejo de los Jedis ante Luke Skywalker. "El sistema de presupuesto limitado es el futuro, pero lo que lo consolidará es que hagamos obras maestras, no la condescendencia", se despide tras los títulos de crédito Vigalondo.