El Villarreal se reconcilia con el gol
Fiesta del conjunto de Valverde, que se aleja del descenso a costa de un tierno Tenerife
Ocho minutos de inspiración y acierto le valieron al Villarreal para alcanzar una holgada y balsámica victoria. Llegó el conjunto de Valverde al descanso con ventaja en el marcador y demasiadas dudas en el juego, superado con brillantez por un Tenerife tan agradable como tierno. Pero, de regreso a la cancha, en apenas un instante, atinó tres veces en la meta de Aragoneses. En el minuto 53 el marcador señalaba un radiante 4-0. Cosas así pasan en el fútbol, que rinde culto a la eficacia y no a las intenciones.
Fino centrocampista ofensivo en su época de jugador, nacido en la escuela del Valencia y cuya vida profesional no pasó de la Segunda B, José Luis Oltra está haciendo carrera como entrenador con el buen gusto por bandera. Gozo produce ver el despliegue de equipos modestos como el Tenerife, generosos y alegres, que invitan a ser vistos. Con el mismo propósito, buscando la finura perdida, se encuentra el Villarreal de Valverde, en periodo de formación, sin saber si quiere ser el que fue o busca otra identidad. Cinco goles pueden ayudar al propósito.
VILLARREAL 5 TENERIFE 0
Villarreal: Diego López; Venta, Godín, Marcano, Capdevila; Cani, Eguren, Bruno, Pirès (Escudero, m. 76); Rossi (Fuster, m. 70) y Llorente (Jonathan Pereira, m. 64). No utilizados: Oliva; Ángel, Gonzalo y Matilla.
Tenerife: Aragoneses; Núñez (Dinei, m. 56), Manolo, Pablo Sicilia, Bellvís; Román, Ricardo; Juanlu, Alfaro, Omar (Saizar, m. 83); y Nino. No utilizados: Luis García; Ayoze, Luna, Mikel Alonso y Richi.
Goles: 1-0. M. 15. Llorente. 2-0. M. 46. Pirès. 3-0. M. 51. Rossi. 4-0. M. 53. Llorente. 5-0. M. 88. Cani.
Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Llorente.
Unos 18.000 espectadores en El Madrigal.
Abierto nació el encuentro, metido de lleno el Villarreal en el inicio, convencido y sin titubeos, buscando una victoria que confirmara una ansiada recuperación. Llegó a lo grande y con ausencias ilustres. Sin Cazorla, Nilmar ni Senna. Bruno cogió la batuta. Del canterano fue el pase medido, fuerte y raso a Llorente, que se metió entre los dos centrales. De ambos se deshizo el guipuzcoano con más ímpetu que habilidad para batir a Aragoneses. Lograba así su primer gol de la temporada ejerciendo como sabe, de 9 puro. Repetiría después. Días atrás, reclamaba Valverde a sus delanteros más serenidad. La tuvieron ayer.
Obedeció Llorente a Valverde y se adelantó el Villarreal tras 15 minutos de buen juego. Entonces se produjo un efecto inverso al esperado. En la adversidad creció el Tenerife, presente en las cercanías de Diego López, cada vez más dueño de la situación, pero no del marcador. Se refugio el Villarreal en exceso, indefinido y acomplejado por el atrevimiento rival. Perdió de vista el esférico y entró en un estado de parálisis, apreciada por el público, que dejó ya de ser condescendiente con los suyos.
Los problemas del Villarreal con el gol en el inicio de la temporada tienen su réplica en el Tenerife, cuyo único baluarte en el ataque es Nino, goleador en Segunda y al que no le es tan sencillo ver puerta en Primera.
Marcó de nuevo el Villarreal nada más reanudarse el encuentro y desapareció el Tenerife, expuesto a los amarillos el día en que se reconciliaron con el gol.
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