20 años de calidad ISO

Soler y Palau, una empresa de sistemas de ventilación de Girona, ya debía saber hace 20 años que estaba a punto de hacer historia, porque el día que la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) fue a entregarles el documento que acreditaba que cumplían con la calidad según la norma europea ISO 9001, organizaron una bonita ceremonia para recibir la correspondiente placa. "Hacía un día precioso. Pusieron banderas y todo", recuerda Ramón Naz, director general de Aenor. Hicieron historia porque fueron los primeros. A ellos les han seguido en España otras 65.111 empresas y organismos, que pasaron la prueba de demostrar a una entidad independiente especializada que cumplen con los requisitos de calidad.

Los primeros años sólo Aenor certificaba con ISO. Ahora hay mucha competencia

"La norma ISO 9001 es un modelo de gestión, basado en algo tan sencillo como el sentido común: en las empresas sólo se deben hacer las cosas del modo que aporte más valor al cliente", explica Naz. En 1987 la Organización Internacional para la Estandarización (ISO) publicó la norma de gestión de calidad 9001, a partir de reglas inglesas ya existentes. Nada más ser publicada, caló fuerte en Francia e Inglaterra. En España, sin embargo, la certificación era poco popular. ¿Para qué quería una empresa que una institución le examinara? Aenor, que había nacido sólo un año antes, también estaba a otras cosas. "Pero pronto nos dimos cuenta de que era básico traer esa ISO. Aquí había una necesidad de conseguir que la calidad ayudara a mejorar a nuestros productos y empresas en cuestiones de competitividad. Había que defender nuestro producto, especialmente en plena incorporación a la Unión Europea", recuerda Naz.

Hoy ha quedado demostrado que para las empresas es valioso ese diploma de calidad. Más de un millón de compañías en el mundo pasan el examen. Algunas son multinacionales. Otras, pymes que buscan, por ejemplo, participar en concursos públicos o internacionalizarse. Y en España, Aenor ya no está sola. Hay cerca de treinta instituciones que certifican esa misma norma. "Pero Aenor creó el mercado. Los primeros cinco años, estábamos solos", dice Naz. La competencia, dice, no ha cambiado en nada su esencia. "La competencia es incómoda. Nos ha hecho espabilarnos en cuestiones, por ejemplo, de labor comercial. Pero siempre hemos trabajado para el cliente, sin mirar si ganábamos cinco o diez, porque somos una entidad sin fines lucrativos. Ésa sigue siendo nuestra máxima. No nos podemos permitir tonterías, porque un certificado mal dado hundiría el sistema. Este negocio no trata de vender papeles, sino confianza", zanja. -