'Wi-fi' gratis en el polígono
Posadas de España Cartagena, un hotel 'low cost'
Uno de los territorios menos explorados en el turismo español, a diferencia de lo que sucede en gran parte de Europa, es el de la hotelería low cost extrarradial o viaria. Alojarse al borde de una autopista, un intercambiador de transportes o un polígono industrial nunca ha sido prioritario. Salvo para una cadena joven como Posadas de España -¡qué nombre más equívoco!-, orientada a los viajeros de negocios y comerciantes que reclaman un hospedaje próximo a su lugar de trabajo. Pinto, Paterna, Málaga y Cartagena han sido, hasta el momento, el emplazamiento elegido para sus hoteles modulares, diseñados con la misma distribución interior, mobiliario, servicio y funcionamiento. Todos cortados por idéntico patrón y, sin embargo, más acogedores y limpios que otras propuestas semejantes en Francia, Italia o Alemania.
POSADAS DE ESPAÑA CARTAGENA
PUNTUACIÓN: 6
Categoría: 3 estrellas. Dirección: Avenida Luxemburgo, s/n. Parque Empresarial Cabezo Beaza. Cartagena (Murcia). Teléfono: 968 324 324. Fax: 968 52 02 86. Central de reservas: 915 77 17 35 (Posadas de España). Internet: www.posadasdeespanacartagena.com. Instalaciones: gimnasio, salón, centro de negocios, 4 salas de reuniones para 170 personas, cafetería, restaurante. Habitaciones: 97 dobles, 1 júnior suite. Servicios: hotel no adaptado para discapacitados; no admite animales (salvo perros-guía). Precios: desde 68 euros la doble, IVA incluido; desayuno, 7 euros.
Aquí se paga siempre por adelantado. La recepción es eficiente, pues sitúa al recién llegado en su habitación sin que pase un minuto más de la cuenta. Toda la planta baja se pone a su disposición en un espacio abierto, diáfano, multifuncional, si lo que prefiere el huésped es leer la prensa del día, tomar algo o sentarse directamente a cenar después del viaje. El menú, sustancioso, cuesta ocho euros.
En Cartagena, el hotel se halla en el parque empresarial Cabezo Beaza, con acceso por la autovía A-30. Es un edificio simple, funcional, de ladrillo rojo, con una especie de espadaña que exhibe el logo. Las habitaciones se alinean a lo largo de tres pisos, algo escasas de servicio, pero resueltas con tarima flotante, mobiliario a prueba de golpes, camas confortables y, eso sí, algún que otro desconchón en las paredes y acabados muy justos para un uso intensivo. Las cortinas, único elemento no estático, requieren más asiduidad en su paso por las máquinas de lavado. Y se echa en falta un sillón en el que acomodarse a ver la tele o reflexionar sobre la encomienda del día siguiente. A tal efecto, el acceso wi-fi a Internet es veloz y gratuito, cosa que no ofrecen todavía hoteles mucho más caros que éste.
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