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Reportaje:

Cuando el fado habla con el tango

La cantante María Lavalle presenta en Madrid su espectáculo mestizo 'Tú que puedes, vuélvete'

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Hubo un tiempo en el que los músicos de tango argentino y los de fado portugués no se miraban. Ni se hablaban. Ahora se veneran y se admiran. Una de las responsables de esta reconciliación es la cantante argentina afincada en Madrid María Lavalle. "No fue fácil. Tuve que luchar para convencerlos de que esta idea podía funcionar". Lo cuenta la propia María en su casa junto al Retiro, a dos días de presentar en el Häagen-Dazs Calderón el espectáculo Tú que puedes, vuélvete, con el que ha recorrido varias ciudades españolas.

Un concierto en el que los dos estilos se fusionan través de su voz y su sobresaliente banda que mezcla músicos argentinos, españoles y portugueses. Sin olvidar el tango puro y el fado puro. "El título está sacado de un poema que compuso Atahualpa Yupanqui cuando estuvo exiliado en París", explica Lavalle. "El tema es un sueño en el que el río le dice 'Tú, poeta, vuelve a tu tierra, que yo como río no puedo volver".

"Mi faro es cantar lo que valga la pena, historias de verdad", dice la intérprete

Así, el espectáculo avanza sobre la idea del exilio, aunque no necesariamente físico o geográfico. "Es volver a todo lo que merece la pena", continúa. "Para eso es imprescindible escuchar la voz de los poetas. Al final todos somos unos exiliados interiores".

Hija de diplomáticos, María Lavalle empezó cantando en francés, pero no fue hasta 1994 cuando publicó su primer disco, Sabotaje, con composiciones propias. Hubo dos razones. La primera se llama Amália Rodrígues, la reina del fado. "Dejó dicho que ella descubrió su voz cantando los tangos de Gardel. Yo descubrí mi voz escuchándola. Así que la conexión es inevitable". La segunda razón fue la confianza que le dieron sus primeros aplausos tras superar una prueba de fuego: cantar tangos en Argentina. "Tardé en concederme que tenía lo necesario para cantar en público", reconoce.

Hasta que en 2003 no publica La pena golfa no decide poner en práctica el experimento entre tango y el fado portugués, con pinceladas de canción francesa, interpretando a los grandes: de Edith Piaf y Carlos Cano a Gardel y Amália Rodrígues. "Son necesarias esas gotitas de dolor que dan placer", precisa antes de avisar de que en su espectáculo también hay temas alegres. "Lo que sí en imprescindible es que las canciones tengan un buen texto. En eso me considero implacable".

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María también tiene algunas asignaturas pendientes y alguna que otra espina clavada. "Todavía no he compuesto ningún tango ni ningún fado propio. Pero he prometido hacerlo". Mientras tanto la cantante anda estos meses en una fase de investigación sobre las nuevas canciones que formarán parte de su siguiente -y quinto- disco. Un vídeo de Louis Armstrong, que reposa sobre la mesa, ofrece algunas pistas. "Me gusta encontrar a no argentinos que se hayan relacionado con el tango. Como Armstrong que dejó dos tangos cantados en inglés. Uno de ellos, Kiss of fire, está basado en El Choclo. Sobre él están las bases de mi próximo disco. Lo increíble es que Armstrong hace estos tangos en 1958. El mismo año en el que Piazzolla está en Nueva York aproximándose al jazz. Esas conexiones dan sentido a la música de Lavalle. "Mi faro es cantar lo que valga la pena. Historias de verdad", concluye. "Ahí siento que no me traiciono".

María Lavalle actúa el martes 27 de octubre a las 20.30 en el Teatro Häagen-Dazs Calderón (Atocha, 18). 25 euros. www.entradas.com

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