El niño
Tal como están hoy los tiempos en la tele es raro que a un tertuliano le dejen contar una anécdota. Pero Vicente Vallés escuchó encantado a Margarita Sáenz Díez cuando ésta le prometió una anécdota en su tertulia de 24 Horas, en TVE. Margarita invocó a Walter Cronkite, y, claro, ese nombre son palabras mayores para alguien como Vallés. Así que escucharon él, el economista Gonzalo Bernardos y Magis Iglesias, la presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa.
Cuando empezaba a trabajar en televisión, el más importante de los periodistas norteamericanos de esta era fue acuciado por su jefe a retransmitir un incendio. Pero en lugar de ir corriendo al estudio, Cronkite se fue a la Redacción, ante la indignación de su jefe. "¿Qué hace que no va al estudio a contarlo?". "Es que antes quiero confirmar que merece ser contado".
Ese prurito profesional le costó el puesto. Lo que sucedió en Colorado con el niño del show del globo es una metáfora de la degradación a la que ha llegado el espectáculo de la tele, asociado al escaso eco que tiene ya la palabra confirmar en el ejercicio del periodismo. En este caso, la pillería viene del padre de la criatura, adiestrado ya en las maniobras de lo que se nombra como reality show.
El niño desenmascaró al padre ("vosotros dijisteis que lo hacíamos por el show"). En otros tiempos (en los de Cronkite) no habría cámaras expuestas a cualquier engaño, y a lo mejor un periodista como aquél hubiera tratado de advertir la pillería. Pero ahora las cámaras están en el ojo del huracán y son hasta el ojo de la nada. Y a la familia Henne le bastó el coladero en que se ha convertido el periodismo para perpetrar una burla universal que a todos nos tuvo sobresaltados. Hasta que el niño dijo que su padre lo hizo por el reality.
Cronkite no hubiera caído en la trampa..., entonces. Ahora, de esa trampa parece que no se escaparía ni Dios.
Al final de aquella tertulia de Vallés (el viernes por la noche), la realidad verdadera se hizo noticia escueta: la muerte de Andrés Montes (Canal +, La Sexta); un entusiasta que hizo de la vida su lema y ahora es noticia por su muerte. La vida es esto, la tristeza que da contarlo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.