El Valencia, su víctima y su verdugo
Cuando Juan Soler llegó a la presidencia del Valencia CF, después de invertir unos 70 millones -según él afirma- para controlar el 37% del capital, aseguró que clubes como el Madrid y el Barcelona acabarían teniéndole "envidia" y que colocaría al Valencia "en la Champions económica". Nada más lejos de la realidad. Llegó en 2004, impulsado por Francisco Camps, para acabar con la deuda del club, de 130 millones. Cuando abandonó la gestión de éste, en el verano de 2008, la deuda alcanzaba los 439 millones. Soler no frenó la sangría. Triplicó la deuda. Y llevó al club a una situación económica tan angustiosa que, ante la imposibilidad de vender las parcelas del viejo Mestalla -cuya recalificación él mismo impulsó y vendió como otro de sus pelotazos-, las únicas salidas eran bien un concurso de acreedores, bien una ampliación de capital. Ambas opciones dejarían por los suelos el valor de sus acciones.
Por eso, junto a Vicente Soriano, otro de los damnificados (poseía el 10%), alargó la agonía de la entidad. Hasta que en 2009 la economía del club no se sostenía. Y tuvo que dar su visto bueno para aprobar la ampliación de capital de 92 millones que tanto dinero le ha hecho perder.
Las acciones de Soler hoy no valen nada. Apenas supondrían el 3,7% del Valencia. Soriano se las compró, según contrato, por 86 millones, antes de la ampliación. Pero, ante la espantada de Dalport, empresa que iba a quedarse con las acciones de los dos, no se los pagará. Como tampoco pagará Soler al Valencia los 76,5 millones que completarían la compra de la torre de Mestalla (ya ha pagado 13,5) y que él prometió adquirir ante la falta de compradores cuando aún era presidente. Aseguran fuentes cercanas al promotor que puesto que Soler no tiene la titularidad de la parcela, pues la reparcelación del solar aún no está inscrita en el Registro de la Propiedad, el Valencia no figurará como acreedor. Si llegado el momento, Urbanas de Levante (empresa compradora) no tiene dinero, el contrato se resolverá por incumplimiento del mismo.
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