Atacantes embotellados

Desde que comprobó que con Higuaín, igual que con Raúl, la desconexión era total, Benzema repite el mismo estribillo después de cada partido del Madrid: "No tenemos automatismos juntos. Y no es fácil jugar así. Vamos hacia los mismos espacios". El francés lo dijo después de compartir el ataque con Higuaín ante el Espanyol y se reafirmó el sábado después de pasarse 90 minutos emparejado con Raúl acosando al Tenerife.

Los delanteros del Madrid, que mañana se enfrentarán al Marsella, cazan en el mismo territorio, persiguen las mismas presas y comparten los mismos hábitos. Demasiadas coincidencias para una convivencia sencilla. Ayer, cuando le preguntaron por la falta de coordinación de Benzema y Raúl, Higuaín se sobresaltó y dijo lo que pensaba hasta que comprendió que era mejor callar: "Sí, se vio que arriba... Hemos de ser protagonistas... Iremos mejorando... Ésas son cosas del técnico".

El ex seleccionador español de hockey sobre hierba, el holandés Maurits Hendriks, aseguraba que lo más difícil de entrenar era la delantera. Obsesionado con que sus goleadores se entendiesen, llegó a crear sesiones de psicología. "Tienes que hacer lo posible para que los dos de arriba se entiendan porque el éxito depende de ello", decía; "por eso mis delanteros van juntos a unas reuniones con una psicóloga que les ayuda a conocerse y saber lo que necesita el compañero. ¿Cómo no vas a hacer lo posible para que se entiendan los tipos más importantes?".

La media de pases por partido entre los puntas del Sevilla, Negredo y Luis Fabiano, es de cinco y Negredo le ha dado una asistencia a su compañero. Es un ejemplo de atacantes que acaban de conocerse. El entendimiento entre Higuaín y Benzema fue tan escaso en Cornellà que se dieron la pelota dos veces: los dos pases de Higuaín a Benzema sin respuesta. Ambos atacaron los mismos palos y se ofrecieron igual. "Los de arriba no están finos al ayudar al equipo a tener el balón", observó un jugador tras el partido. El Madrid ganó por 0-3 con goles de Guti, Granero y Cristiano Ronaldo. Los goleadores del Madrid, en general, llegan desde atrás.

Víctor Fernández, ex entrenador del Zaragoza y el Oporto, también cree que el ataque es lo más complicado: "En la defensa se generan automatismos. Debes conseguir que los cuatro piensen como uno. En cambio, entrenar el ataque es muy difícil. Hay que crear movimientos para generar espacios y dependes de que el rival entre al engaño. El espíritu del ataque está más lejos del rigor. Depende mucho de los perfiles de los delanteros. Si son iguales, harán movimientos parecidos. ¿Por qué los del Barça no se pisan? Porque cada uno parte de posiciones naturales repartidas de antemano. A partir de ahí, cada uno se expresa. El Madrid da sensación de amontonamiento: muchos movimientos hacia dentro y pocos hacia fuera".