Barroco de ocres y escáner

El Centro Andaluz de la Fotografía (CAF) también "tiene que mostrar tendencias" y la obra de la gijonense Emma Fernández, titulada Contenidas / desatadas / ellas, marca algo más que una tendencia. Su especialidad en pintura, dentro de las Bellas Artes, y sus dotes como dibujante y diseñadora, confluyen en su obra de gran formato fruto de la investigación gráfica. El resultado está colgado desde ayer en las paredes del CAF bajo un pretexto: la figura femenina. "En ella encuentro un potencial expresivo enorme y me permitía hacer algo muy intimista, unos fondos muy envolventes con tendencia de la pintura barroca pero con una poética literaria propia del romanticismo y, aunque esto suena muy caduco en el primer tercio del siglo XXI, pues tiene su puntillo. No tenía intención de caer en el feísmo porque lo que buscaba era el placer contemplativo, algo que no está muy de moda pero buscaba la contemplación estética, la búsqueda de la belleza", explica la artista.

"Lo que buscaba era el placer contemplativo", afirma la artista

La exposición del CAF toma como base la figura femenina

La temática se convierte, así, sólo en excusa para mostrar y explorar en las posibilidades de la tecnología aplicada a la imagen desde la plástica de la pintura; y deja claro al espectador que va más allá de saber manejar un programa informático. La pretensión de Fernández no ha sido la de innovar ni la de ofrecer modernidad, sólo la de investigar sobre las nuevas herramientas que aporta la tecnología en un momento. "Hay mucha gente que se instala en la modernidad desde la falsedad. Creo que lo contemporáneo significa trascender de lo moderno porque lo moderno tiene un punto de pasar inmediatamente. Es una obra contemporánea. Su técnica pictórica y fotográfica tiene un sentido porque tiene una guía, una idea sobre la que trabaja, un concepto artístico que yo relaciono con la pintura flamenca de Vermeer", apunta Pablo Juliá, director del CAF.

Saber el modus operandi de Fernández, el cómo plasma sus ideas o pretensiones, sus gamas cromáticas terrosas y el empleo del claroscuro, entra dentro del proceso "personal intransferible" del artista. Sobre la técnica, reconoce ella misma, que se vale de herramientas habituales de tratamiento de imágenes, que genera la imagen desde el soporte informático. Pero Fernández ha inventado un modo personal de facturación, un proceso híbrido de mezcla de disciplinas de las artes plásticas con el soporte y las herramientas fotográficas. En su proceso de imágenes transmutadas crea nuevas plagas estéticas quebrando un montón de objetos, materias, texturas para generar figuras con un discurso "poético, propio y personal", reconoce la artista. La figura femenina en la que se basa esta muestra, que puede verse en Almería hasta el 22 de noviembre, se presta a muchos tratamientos. "Yo hice hincapié en el tema del exceso. Cómo puedo encontrar la figura femenina como ambigua y ambivalente, pasar a posiciones contrarias: dulce, sumisa, hostil, soberbia...", apunta Fernández.

La investigación realizada para Contenidas / destacadas / ellas también pasa por el original soporte de la obra realizado en colaboración con el laboratorio digital Fotosíntesis. El sistema de reproducción es bastante original y ahí también hay una innovación importante que apuesta por una nueva manera de presentar la obra. "El proceso de producción es vital en todo esto y cuando conocí la empresa Fotosíntesis probé con su equipo: poliéster, lienzo... Estas piezas estaban preparadas para ser impresas directamente en acero con un control de descarga de tintas para que la tinta tuviera cierta materia. Es el único problema que le veo yo al paso de las artes plásticas a estas nuevas disciplinas: que pierden la materia, la textura", reflexiona la fotógrafa. De momento, Emma Fernández ha conseguido unos retratos que se antojan clásicos y contemporáneos a la vez; que funden la fotografía con la pintura y el arte con la tecnología.