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Reportaje:Dinero & inversiones

El dragón vuelve a rugir

El inversor tiene diferentes opciones para beneficiarse de la pujante economía china

David Fernández

China contribuyó en gran medida a los días de vino y rosas que vivió la economía mundial en el periodo 2003-2007 y muchos analistas esperan que Pekín vuelva a liderar al planeta en su salida de la recesión. La confianza en la pujanza del dragón asiático se basa en el hecho de que mientras que el PIB de las potencias occidentales descarrilaba tras el estallido de las hipotecas basura, China ha logrado mantenerse en gran medida inmune a los efectos del terremoto financiero. ¿El motivo? La fortaleza de la demanda doméstica ha logrado compensar la zozobra de las exportaciones.

El movimiento de desmarque de la economía china con respecto al resto del mundo se basa en una serie de ventajas. En primer lugar, su sistema bancario no ha sufrido ni de lejos la misma crisis que Europa o EE UU. El férreo control del regulador local ha impedido que las entidades se contaminasen con activos tóxicos. La consecuencia es que los bancos chinos tiene una buena estructura de capital, gozan de liquidez y su ratio de préstamos en relación con los depósitos es bajo.

Empresas de consumo y de infraestructuras son las más atractivas
Gamesa es el grupo español con mayor exposición en ventas al país asiático

Además, aunque las exportaciones se vieron arrastradas por la recesión mundial, la economía china ha podido echar mano de los recursos que tenía para contrarrestar la caída de la demanda exterior. Gracias a sus enormes reservas en divisas foráneas y su gran superávit comercial, el Gobierno chino lanzó a finales de 2008 un inmenso programa de estímulo económico (más de 400.000 millones de euros). La mayor parte de las ayudas se han destinado a fomentar el consumo doméstico (estimulando el préstamo bancario) y a desarrollar la red de infraestructuras del país.

Estas medidas han surtido su efecto. Mientras que las economías estadounidense y de la zona euro apenas comenzaron a recuperarse en el segundo trimestre el crecimiento chino en tasa interanual fue del 8%. El objetivo que se ha marcado el Gobierno de Pekín de crecer un 9% este año se ve ahora mucho más factible. De hecho, los economistas de Bank of America y Goldman Sachs han revisado al alza sus previsiones de crecimiento para 2009 y 2010. En relación con el próximo año, los primeros estiman un crecimiento de China del 10,1%, mientras que los segundos lo sitúan en el 11,9%.

Aparte de por los bombeos masivos de liquidez ejecutados por el Gobierno, los mercados de acciones chinos registran mejores comportamientos que la mayor parte de Bolsas mundiales en 2009 gracias a los recortes en los tipos de interés y a la reducción de los requisitos para la concesión de hipotecas.

En este contexto, la pregunta que seguramente se hará el inversor español es obvia: ¿cómo puedo beneficiarme de la pujante economía china? Existen tres alternativas. La primera es la compra directa de acciones de empresas chinas. "Las alternativas más interesantes son aquellos sectores más beneficiados por el plan de estímulo: consumo e infraestructuras. Dentro del primer sector nos gusta China Mobile. No es fácil encontrar una compañía en el mundo que pueda ganar siete millones de clientes en un mes. En el área de las infraestructuras, nuestro jugador favorito es China Railway Group, el mayor grupo constructor de Asia", aconseja Joana Terrett, directora de inversiones en mercados emergentes de la gestora Scottish Widows.

Pese a la confianza en el potencial de la Bolsa china, esta experta también advierte de sus peligros. "Cualquier indicio de que el Gobierno puede endurecer la política monetaria puede lastrar el mercado de Shanghai. Este riesgo ya se sufrió en agosto pasado, cuando las acciones cayeron con dureza. El consenso de mercado, sin embargo, no espera ninguna subida de tipos hasta bien entrado 2010", indica Terrett.

Otra alternativa para el inversor español es tener exposición de manera indirecta a través de compañías europeas con una fuerte presencia en el gigante asiático. Goldman Sachs ha elaborado un listado de empresas europeas que generan al menos un 10% de su facturación en China. En este listado aparece una empresa española, Gamesa, junto a HSBC, BHP Billition, Rio Tinto, Christian Dior, Xstrata, Nokia, Holcim, Danone, ABB, Philips, Bulgari, Volvo, Vestas y LVMH, entre otros.

La tercera forma de apostar por China, y la más recomendable para el pequeño ahorrador, es a través de un fondo de inversión. Entre las gestoras nacionales sólo dos comercializan fondos especializados en China (BBVA Bolsa China y Caixa Catalunya China Fund). Entre las gestoras extranjeras, hay cerca de 200 productos, siendo dos fondos de Aberdeen los más rentables en 2009, según los datos de VDOS.

Una mujer sonríe en la sala de una sociedad de Bolsa en la localidad china de Wuhan.
Una mujer sonríe en la sala de una sociedad de Bolsa en la localidad china de Wuhan.REUTERS

Una sopa de letras

El inversor que desee exponer parte de su cartera a la renta variable china debe, antes que nada, saber cómo funciona este peculiar mercado. En el gigante asiático existen varios tipos de acciones. Las principales son de tipo A, que están limitadas en su negociación a inversores locales y que cotizan en yuanes en las bolsas de Shanghai y Shenzheng. Por otra parte, existen los títulos tipo B y H, que sí permiten la entrada de inversores internacionales y cotizan en el mercado de Hong Kong.

Poco a poco, el Gobierno chino va abriendo la mano y los inversores extranjeros ya pueden invertir en algunas acciones tipo A, aunque su número aún es muy limitado. En los mercados locales cotizan cerca de 1.500 compañías, mientras que en aquellos a los que tienen acceso los extranjeros, poco más de un centenar.

Para un inversor español, la mejor forma de apostar por el crecimiento chino es a través de fondos de inversión que inviertan en acciones tipo H. En lo que va de año, la Bolsa de Shanghai acumula una revalorización del 56%, mientras que las acciones tipo H de Hong Kong suben un 21%. -

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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