Llega una generación de oro

"El río lleva más agua que otras veces, ahora falta por ver cuanta llega al mar". Tito Ramallo, coordinador de las categorías inferiores del Deportivo, alude al caudal que empieza a desbordar en el fútbol gallego. Dos de sus joyas emergentes, Joselu, delantero del Celta que ya ha firmado contrato con el Real Madrid, y Diego Mariño, guardameta vigués que en edad cadete dejó el Areosa por el Villarreal, comienzan hoy su preparación de cara al Mundial sub-20, que se jugará a partir del día 24 en Egipto. Son la avanzadilla, una generación que ha encontrado una oportunidad en la crisis.

Apuntan alto, pero todavía no son nadie. "Son chicos en proceso de aprendizaje, tienen que pasar por todas las situaciones, ser titulares, no ir convocados, jugar media hora o cinco minutos", explica Toni Otero, responsable de la cantera del Celta. Ramallo otorga especial importancia a que el proceso formativo no sufra los altibajos propios del poder mediático del balón. En el Deportivo se afanan por llevar las riendas de Juan Domínguez, un talento sobre el que Lotina llegó a insinuar su titularidad en el debú liguero en el Bernabéu. Al final ni se sentó en el banquillo. Siete días después jugaba, y marcaba el gol de la victoria del filial en Negreira. De Kaká y Cristiano al García Calvo, un carrusel peligroso. "Ante todo buscamos naturalidad", explica Tito. Domínguez no hace declaraciones. Se lo han desaconsejado desde el club, sabedores de que los focos le pueden perjudicar. "No queremos tener problemas adicionales", argumenta Tito, que además es su entrenador en el Fabril.

Son jugadores que han encontrado una oportunidad en la crisis

Algunos comienzan hoy su preparación de cara al Mundial sub-20

La joven camada gallega es variada. Hay guardametas, zagueros con jerarquía, delanteros con gol y veloces extremos. También lo que Tito identifica como el "típico jugador coruñés", tipos fríos, elegantes con la pelota, "de esos que la gente silba y luego se recuerdan". Cita Ramallo al fallecido José Luis o Jaime Agulló, pero si tuviera edad podría remontarse a Luis Suárez, Rábade o Chacho ("ay, Chachiño, si tú quisieras", le decían).

En una selección gallega, a la derecha de Juan Domínguez, estaría Dani Abalo, "un extremo de los antes", dice Toni. El deportivista Tito abre los ojos cuando se le pregunta por él. "Es buenísimo, decidido, rápido, buen centrador...". Toni le conoce todavía más: "Si conseguimos que meta ocho o nueve goles por temporada será muy completo". Y se acuerda de Karpin. Al responsable de la cantera celeste le gustan las comparaciones y en ese escenario Iago Aspas sería Mostovoi y Joselu un remedo de Lubo Penev. "O de Tristán, pero prefiero el ejemplo celtista", espeta entre risas el técnico. "Joselu tiene que ser un killer. Hemos trabajado mucho con él antes de cada entrenamiento. Tiene un juego aéreo espectacular y sabe jugar de espaldas. Es un rematador". Este verano Joselu acumula noticias. Jugó con la sub-19, debutó con gol en la sub-21 y ahora se va con la sub-20 al Mundial, subió al primer equipo y firmó contrato con el Madrid, que lo cedió al Celta. "Está un poco tierno", apunta Luis Milla, seleccionador sub-20, "pero con 30 partidos en Segunda va a crecer mucho".

Iago Aspas se mueve por todo el frente del ataque buscando opciones y líneas de pase tras el delantero. "Es un jugador distinto a todos, es de lo que no hay, capaz de lo mejor y lo peor, pero es un ganador", apostilla Otero. Por el momento tanto él como Abalo están en Galicia, también David Rochela, un central del Deportivo con amplio recorrido en las selecciones de categorías inferiores, un futbolista fiable según Tito -"es inteligente tácticamente, sabe tomar decisiones"-, pero en duda para Milla. "Si quiere llegar a Primera tiene que saltar un peldaño más".

Con todo, el talento sigue emigrando y cada vez lo hace antes. El meta Diego Mariño se fue de Vigo cuando tenía 15 años. Hoy juega en el Villarreal C a las órdenes de un referente de los tres palos, José Francisco Molina. "Es un portero alto, pero rápido bajo palos. Le falta un poco de mando", evalúa Milla. También Iago Falqué dejó Vigo cuando aún no se afeitaba. Tras pasar por La Masia busca fortuna en Italia. La Juventus le acaba de ceder al Bari. Milla tuerce el gesto. "Le convenía formarse en un equipo de sus características". Falqué es un extremo hábil, atrevido. "Antes le costaba trabajar sin balón, pero ha mejorado en intensidad desde que está en Italia", estima Milla. También se fueron más allá de Pedrafita las dos últimas joyas del Pontevedra, Fran Rico y Javi Rey, dos centrocampistas de clase. "Fran tuvo la mala suerte de sufrir una lesión, pero es un magnífico futbolista", describe Tito. A Rey lo sigue de cerca Milla, que reside en Valencia. "Se ha integrado en el filial del primer equipo y ha demostrado cosas. Tiene planta, elige bien, quizás es un poco tímido, habla poquito". Puede que haya llegado el momento de alzar la voz y gritar que Galicia tiene, al fin, una generación de oro.