El Sporting pinta mejor
El equipo gijonés se apunta un triunfo merecido frente a un Almería debilitado
Empezó la Liga del Sporting, esa en la que se mide a rivales como el Almería, y salió favorecido. No sólo ganó, sino que pareció más preparado para la obligada lucha por la permanencia. Marcó un buen gol y pudo resolver en la primera parte. No lo consiguió y le tocó sufrir hasta el final, pero menos que el año pasado, cuando su defensa fue, de largo, la más agujereada del campeonato.
El Sporting se parece al de la pasada temporada, pero con un año más de experiencia y una nueva pareja de centrales, como mínimo prometedora. Su fuerza, no obstante, sigue estando en la mediapunta donde se juntan tipos como Diego Castro o De las Cuevas, que pusieron los detalles más artísticos de la tarde.
SPORTING 1 - ALMERÍA O
Sporting: Juan Pablo; Lora, Botía, Gregory, Canella; Rivera, Míchel; Maldonado (Luis Morán, m. 66), De las Cuevas, Diego Castro (Diego Camacho, m. 83); y Barral (Bilic, m. 72). No utilizados: Raúl; Sastre, Gerard y Kike Mateo.
Almería: Diego Alves; Míchel, Chico, Acasiete, Cisma (Guiherme, m. 76); Soriano, Bernardello; Juanma Ortiz (Nieto, m. 63), Corona (Piatti, m. 46), Crusat; y Kalu Uche. No utilizados: Esteban; Pellerano, Ortiz y David Rodríguez.
Gol: 1-0. M. 6: Diego Castro.
Árbitro: Delgado Ferreiro. Sacó tarjeta amarilla a Maldonado, Botía, Gregory, Soriano, Crusat, Míchel y Cisma.
Unos 20.000 espectadores en El Molinón.
El mejor, del Sporting y del partido, fue Rivera. El mediocentro lo hizo todo bien y ayudó a sus compañeros a mejorar. Su caso tiene toda la pinta de parecerse a otros jugadores que parecían perdidos para el fútbol y que resucitan al lado de Preciado, que ya lo dirigió en el Levante. Con esos argumentos, al Sporting no le costó mucho llevar el peso del partido frente a un Almería desmejorado. No sólo ha perdido pegada con la marcha de Negredo, sino que tiene un problema en los laterales. Bruno y Mané eran dos cerrojos y dos lanzaderas. Míchel y Cisma, al menos ayer, fueron un problema.
El Sporting explotó la debilidad defensiva visitante ya en los primeros minutos. Lora, un centrocampista reconvertido ayer a lateral para frenar al rapidísimo Crusat, ganó la espalda a Cisma y metió un balón al área que Diego Castro, con sangre fría y puntería, convirtió en un gran gol. Antes y después, las mejores ocasiones fueron gijonesas, pero no se concretaron porque De las Cuevas no fue acertado delante de la portería. La segunda parte fue más igualada porque el Sporting bajó físicamente y reculó para conservar el gol.
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