La Cruz Roja localizó a 1.121 niños perdidos en las playas

Cuando la colocaron delante de la megafonía, la pequeña ucraniana gritó entre sollozos "mamá" y una parrafada en un idioma que los socorristas de la playa de San Juan no lograban identificar. Era el mismo mensaje que la niña repetía desde que la encontraron los miembros de la Cruz Roja. Eran las 19.30 de un día a principios del mes de agosto y ante la imposibilidad de seguir el procedimiento habitual, anunciar por megafonía la aparición de un menor dando sus datos, decidieron poner a la pequeña delante del micro y confiar en que sus padres la escucharan. En cinco minutos la familia volvió a reunirse. Un final feliz y en definitiva una anécdota del servicio de salvamento en playas.

La actividad finaliza en la mayoría de playas a mediados de mes

No todas las reagrupaciones familiares son tan aparatosas, aunque historias hay para todos los gustos sólo durante un verano en el que Cruz Roja ha participado en la localización de los progenitores de 1.121 menores extraviados (con datos hasta el 4 de septiembre) en toda la costa valenciana. Cruz Roja ha vigilado este año 110 playas de 20 municipios de la Comunidad Valenciana. El grueso de estas actividades finalizan a mediados de este mes, pero en otros municipios, como Gandia o Torrevieja, los servicios de vigilancia y salvamento se prolongan entre marzo y noviembre.

Aunque el principal objetivo es proteger a los ciudadanos, en algún caso los miembros de Cruz Roja han tenido que proteger a los animales de las personas. Ocurrió así cuando a finales de agosto se divisó un delfín vivo en la playa Babilonia de Guardamar. El animal se encontraba herido y no podía volver por sí mismo a alta mar, así que un grupo de socorristas tuvo que mantenerlo con vida durante cinco horas hasta que llegaron especialistas del Oceanográfico para llevárselo. "Al principio fue un caos", recuerda uno de los miembros de Cruz Roja. Todos querían tocarlo y hacerse fotos con él. El comportamiento fue tal que al final la policía local y la Guardia Civil tuvieron que acordonar la zona. Y en la orilla los socorristas mantuvieron tranquilo al delfín con un improvisado mecanismo de flotación para que no se hundiera, pero constantemente mojado para evitar que sufriera daños. El pequeño cetáceo probablemente no figurará entre las 63.617 atenciones sanitarias realizadas hasta principios de septiembre, pero los socorristas que le ayudaron no olvidarán con facilidad el episodio y aseguran que en la próxima ocasión tienen más claro cómo actuar.

El rescate de personas en el mar es la actividad que más eco tiene, pero es la ayuda a discapacitados una de las tareas más importantes que se realizan. Los miembros de Cruz Roja han realizado este año 11.764 operaciones de ayuda al baño para discapacitados. Algunos con sillas anfibias y otros acompañados por miembros de salvamento. A un anciano gallego le costó casi todo el mes decidirse a bañarse sin silla anfibia en la playa de Gandia de Valencia, pese a sus deseos. Al final se atrevió.