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STEPHEN COOPER | Consejero delegado de Metro-Goldwyn-Mayer | Carreras & Capital humano | nombres propios

El especialista

Recortar, cuesta. Es como para un chef meter la tijera en el menú que cocina desde hace décadas, creyendo que eso es lo que atrae a los pocos clientes que se acercan a su restaurante. Pero cuando el negocio está en riesgo, hay que cambiar las cosas. Y ahí es cuando entra en acción Stephen Cooper, el maestro de las reorganizaciones de empresas en apuros en Estados Unidos.

En este caso los frustrados son los nuevos dueños de Metro-Goldwyn-Mayer. Para darle un vuelco a los legendarios estudios acaban de fichar al gran especialista, muy conocido en Wall Street por su trabajo en la liquidación de los activos Enron y el rescate de Krispy Kreme. Sustituye a Harry Sloan, que seguirá de presidente, y actuará junto a Mary Parent y Bedi Singh.

El operador de cable Comcast y el conglomerado Sony, atraídos por la filmoteca de MGM, se hicieron con los estudios en 2004, en una operación respaldada por los fondos de inversión Providence Equity Partners y

TPG. Les costó 5.000 millones de dólares comprársela al magnate Kirk Kerkorian. Pero MGM Studios es una máquina de amasar deuda.

Cooper, de 62 años, es la opción de último recurso; el hombre al que se acude cuando hay que hacer cosas extremas. Empezó su carrera hace cuatro décadas en el despacho neoyorquino Touche Ross, donde montó un equipo de asesores en reorganizaciones de empresas. En 1987, junto a Frank Zolfo, creó su propio bufete, ahora conocido como Kroll Zolfo Cooper, Marsh & McLennan.

Su reputación como consultor a empresas en apuros no paró de crecer, con renombrados clientes como Federated Department Stores, Trans World Airlines, Colt y Polaroid. Entre 2002 y 2004 se puso al frente de Enron, en sustitución de Kenneth Lay, donde se encargó de despiezarla para pagar a sus acreedores tras protagonizar el mayor escándalo corporativo en la historia de Estados Unidos.

"Cuanto antes muera Enron, mejor", dijo cuando se puso manos a la obra en el proceso de liquidación de la eléctrica, tras dar la orden de despedir a un millar de empleados. Graduado en el Occidental College (Los Ángeles) y con un máster en gestión por la escuela de negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania, siempre evita usar la palabra "quiebra", prefiere decir "situación de angustia".

Y mientras daba los últimos retoques a su obra, se enfrascó en la batalla de poner las cosas en orden en Krispy Kreme. Cooper hace sobre todo las labores de consultor y se encarga de negociar con los acreedores, lo que a MGM Studios le puede ser muy útil para reducir su deuda. Pero durante estos años de éxitos y méritos, tampoco faltaron las críticas. Unas veces por su estilo, otras por la minuta que pasa, la figura de Cooper no está exenta de polémica entre abogados, acreedores y jueces. Además, el fondo que creó afiliado a su bufete, Catalyst Equity Partners despertó algunas dudas al regulador bursátil a la hora de poner en sus manos algunas operaciones de rescate.

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