La hora de Van Nistelrooy y Diarra
El delantero y el centrocampista del Madrid vuelven a una convocatoria diez meses después
Ruud van Nistelrooy suplicó a Bernd Schuster que le dejara jugar contra el Juventus en el partido de vuelta de la fase de grupos de la Champions. Era el 5 de noviembre de 2008. Dos semanas antes, el delantero holandés se había ido del estadio de Turín, después de marcar un gol, con molestias en una rodilla. Pensaba haberse recuperado. De ahí, su insistencia ante el técnico alemán. "Es muy cuidadoso con su cuerpo. Lo conoce a la perfección. Si pidió jugar fue porque realmente se encontraba bien", dijeron entonces en el cuerpo médico del Madrid.
Jugó contra la Juve. Pero no aguantó. Y a mediados de noviembre ya estaba en una clínica de Colorado, sepultada bajo varios metros de nieve, siendo operado por el doctor Steadman de la rótula y el ligamento cruzado. Resultado: nueve meses de baja.
Los técnicos ven al holandés como el único '9' puro y Zidane avala al maliense
Treinta días después de pasar por el quirófano, Van Nistelrooy ya estaba en el gimnasio de Valdebebas. "Tiene una fuerza envidiable. Está aquí animando a todos cuando es él quien necesita ánimos", coincidían compañeros y empleados del club. Muchos, sin embargo, dudaban de que, a sus 33 años, pudiera volver a recuperarse de una lesión que ya sufrió en 2000, justo antes de fichar por el Manchester United.
"Ya estoy, ya estoy...", bromeaba acompañado de su inseparable sonrisa cada vez que asomaba la cabeza por la zona mixta del estadio Bernabéu. Ayer, diez meses después, sí que ya está. Van Nistelrooy, un jugador que hace grupo, como reconocen todos en el club, ha vuelto a entrar en una convocatoria. Manuel Pellegrini le ha incluido en la lista para el Trofeo Bernabéu, mañana (La Sexta, 22.00) contra el Rosenborg.
El delantero holandés no está solo. También regresa Mamadou Diarra, su compañero de desventuras en estos últimos meses. El centrocampista de Malí volvió de un partido de su selección a mediados de octubre con un golpe en una rodilla. Estuvo un par de semanas de baja y, al volver a jugar, recayó. A principios de diciembre también pasó por el quirófano: sinovitis. Resultado: nueve meses de baja.
Igual que Van Nistelrooy, Diarra también había sufrido una lesión parecida en el Lyon. Durante el verano, mientras sus compañeros estaban de vacaciones, ambos han apurado su recuperación en sesiones dobles de trabajo. Y por la noche, como si de una pareja de hecho se tratara, hasta salían a cenar juntos con los fisios.
Van Nistelrooy, más tranquilo y pausado en todo, no ha querido forzar los tiempos, pero a Diarra los médicos han tenido que frenarle un poco. El medio -gran referente de Zidane, que no deja de elogiarle ante Florentino Pérez- está como loco por volver a pisar el césped y los galenos le han advertido en más de una ocasión que, si recayese, podría no poder volver a jugar.
Mañana, después de haber salido indemnes de la operación salida -gracias en parte a sus lesiones, ya que ningún club se atrevería a fichar a alguien tanto tiempo de baja, y en el caso de Van Nistelrooy también porque en la dirección deportiva consideran que es el único 9 puro de la plantilla-, podrán disputar algunos minutos. No así Wesley Sneijder, que se ha vuelto a quedar fuera por decisión técnica. Jorge Valdano le comunicó el pasado miércoles que se busque equipo, pero él mantiene su pulso seguro de que convencerá a Pellegrini.
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