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Reportaje:

Ni caso al rojo

Un nuevo sistema de identificación de vehículos ha logrado sorprender en Lugo hasta a 200 conductores al día que no respetan los semáforos

El Ayuntamiento de Lugo decidió terminar con las carreras ilegales que, en más de una ocasión, se celebraron, según diversas denuncias, en la Ronda de la Muralla y llegaron a provocar dos muertes. La vía, que recorre el perímetro de más de dos kilómetros de la edificación romana, cuenta con dos sistemas fijos que buscan cazar a diferentes infractores: por una parte, el sistema de foto-rojo denuncia a aquellos que se saltan un semáforo, mientras que los radares captan a los que circulan a velocidad inapropiada. Desde que ambos mecanismos se utilizan para imponer multas, logran identificar a unos 75 infractores de media al día. El descenso es sustancial respecto al periodo en que se encontraba de pruebas: entonces se contabilizaron hasta 300 vulneraciones diarias del código de circulación.

Los infractores han bajado a 35 al día desde que se imponen multas
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A 133 kilómetros por hora en pleno centro de la ciudad

El sistema de foto-rojo, pionero en Galicia, lee las matrículas de los vehículos que circulan con el semáforo cerrado por las inmediaciones de la puerta de Obispo Odoario. Este mecanismo, que opera solo en otras seis ciudades españolas, está formado por tres cámaras (una por carril) y por un equipo que capta las placas. Las cámaras recogen una secuencia de imágenes que reflejan el comportamiento de los conductores. Ambos elementos (las imágenes y la lectura de matrículas) se trasladan al centro de control de tráfico, donde la policía local cursa las pertinentes denuncias.

El foto-rojo capturó en sus 20 días de prueba a casi 4.000 conductores que no detuvieron su vehículo a pesar de que así lo requería el semáforo, con una media de 200 infractores diarios. Desde que el sistema empezó a ser punitivo, el pasado 8 de julio, unos 35 conductores son denunciados cada día. La cifra total de multados ronda los 1.000, según fuentes de la policía local.

Este millar de infractores perdió cuatro puntos de su carnet, además de la sanción económica de 150 euros. De esta cantidad están descontados los vehículos de policía, ambulancias y bomberos que se hayan saltado el semáforo por razones operativas. La ubicación del sistema foto-rojo no es casual, ya que a unos escasos 100 metros se produjo, en noviembre de 2004 la muerte de María López Sánchez, una chica de 22 años atropellada por un conductor que estaba de copas y que venía picadocon otro coche. Unos metros más adelante, también perdió la vida en 2006 un joven coruñés.

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Los nuevos controles no se acaban con este mecanismo, sino que se complementan con dos radares fijos, situados a la altura de los números 68 y 156 de la Ronda da Muralla. Estos velocímetros activan la denuncia a los que circulen a más de 61 kilómetros por hora (se conceden unos 10 kilómetros por hora de margen en una vía limitada a 50). Desde que el sistema tiene capacidad punitiva, unos 40 conductores son denunciados cada día.

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