"¿Qué tenemos que ver con Francia?"
Lupe Prado heredó una pequeña explotación ganadera a pocos kilómetros de Vilalba, y hace cuatro años decidió asociarse con otras tres personas para juntar cuota y ganar dimensión. Dos mujeres y dos hombres llevan la granja, que está autorizada para producir 864.000 kilos al año y que tiene 218 vacas. Ayer, mientras comenzaba la hora de ordeño, se preguntaba a qué espera la industria para pagar al precio medio que, según el acuerdo firmado el pasado mes de julio en Madrid, se tomará a partir de ahora como referencia (de 31 céntimos el litro, el que se paga en Francia). Ella pertenece al Sindicato Labrego, que rechazó suscribir el pacto porque no establece un mínimo para el ganadero. "¿Qué tenemos que ver con Francia? En mayo les pagaban la leche a 24 céntimos. ¡Si por lo menos nos igualasen con los franceses en ayudas!".
La industria que le recoge su producción le pagó 24,3 céntimos por litro en julio: "La semana pasada les llamé para preguntarles a cómo iría en agosto y no me garantizan nada. A estas alturas de mes no sé nada". Su situación, como la de muchas pequeñas explotaciones gallegas, está pasando por momentos muy difíciles: "Quisimos sacar adelante la herencia de nuestras familias. Ya no éramos unos niños cuando lo decidimos. Hemos invertido muchos millones en una cuota que va a desaparecer. Nos están matando la ilusión", dice.
La semana pasada acudió al banco para buscar financiación del Igape. "De momento, lo intentamos gestionar con los bancos de aquí, pero por ahora nadie me sabe contestar. Y con los adelantos de 1.500 euros no vivimos".
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