Higuaín no hace política

La selección argentina se cruzó con el Madrid ayer por la mañana en Barajas. El equipo español regresaba de su gira por Norteamérica y los celestes se disponían a volar a Moscú para jugar un partido amistoso contra Rusia. Dicen que lo primero que hizo Diego Maradona ante la coincidencia fue buscar a Cristiano Ronaldo. Al seleccionador suramericano siempre le deslumbró el contacto con los famosos. Tal vez esto le llevó a ignorar a Gonzalo Higuaín, que, a diferencia de Cristiano, es argentino, seleccionable por él y venía de meterle dos goles al DC United en Washington. Dos tantos que apoyan su derecho a formar parte del proyecto más atrevido y ambicioso del fútbol español para este próximo curso.

El seleccionador celeste ha relegado al delantero tras un informe de Heinze

El Pipita nunca tuvo talento para las relaciones sociales. Sólo tiene 21 años, pero, después de una pretemporada meditando a la sombra, ya empieza a sospechar que para triunfar en el fútbol, además de condiciones, es preciso tener instinto político. Su experiencia en los últimos tres años y, sobre todo, en los últimos meses le ha enseñado que, aparte de jugar bien, necesita un padrino fuerte.

Llegó al Bernabéu en el invierno de 2007. Desde entonces, Fabio Capello fue el único técnico que creyó en sus posibilidades. Su sucesor, Bernd Schuster, le sentenció: "Nunca marcará más de 12 goles por temporada". Y Juande Ramos hizo algo parecido: "Se obsesiona ante el gol". Contra los prejuicios de poco valieron las acciones. En la campaña 2007-08 logró ocho goles y dio tres asistencias en 947 minutos. Nadie en la plantilla madridista fue más productivo por minuto jugado. En la pasada se superó: 22 goles y ocho asistencias en 2.776 minutos. A pesar de que no dispuso de tanto tiempo como otros compañeros, las estadísticas le elevaron a la categoría de máximo goleador y máximo asistente. Por encima de Raúl y Robben, que siempre gozaron de la predilección de Schuster y Juande.

Cuando Florentino Pérez regresó a la presidencia del Madrid, el máximo responsable técnico de su nuevo grupo de trabajo, Jorge Valdano, señaló a Higuaín como un valor a preservar. El propio Pérez suele decir que le considera muy buen jugador. Sin embargo, en sus alrededores surgen voces que desacreditan al goleador. Cunde la incredulidad. Como si para valorar a Higuaín fuese necesario derribar primero una barrera psicológica. La misma barrera que Maradona no pudo superar en Barajas.

El partido de Higuaín y Robben ante el DC les devolvió a la primera línea cuando más necesitaban demostrar sus capacidades. El entrenador, Manuel Pellegrini, les dio la titularidad y ambos respondieron con resultados. "He aprovechado mi oportunidad", dijo el argentino, satisfecho, tras disfrutar de la titularidad por primera vez en este verano. La presencia de Raúl, junto a los fichajes de Benzema, Cristiano, Kaká y Negredo, le han obligado a pensar en su futuro más allá del Madrid. Durante los últimos dos meses, mientras esperaba una ocasión para jugar, escuchó rumores. Recibió mensajes desalentadores del entorno de Pérez. Pensó que éste le ignoraba. Como Maradona.

Si le duele no ser titular en el Madrid, más le desagrada a Higuaín no haber sido convocado ni una sola vez por el seleccionador de su país. Jonás Gutiérrez, Ángel di María o Daniel Montenegro son algunos de los jugadores en los que Maradona ha puesto su confianza en detrimento de Higuaín. El madridista se quedó fuera de los planes blanquiazules desde que Maradona recibió un informe negativo de Gabriel Heinze, amigo suyo y hombre de confianza, que hasta hace dos semanas fue compañero de Higuaín en el Madrid. Heinze, considerado por el público argentino como un modelo de caudillo, un guardián de los códigos, le descalificó en virtud de una serie de chismes sobre su vida social madrileña. Maradona se lo tomó en serio. Y así hasta Barajas.