BMW se retirará este año

El anuncio de la retirada de BMW de la fórmula 1 al final de este año estalló como una segunda bomba en el seno de la Asociación de Equipos (FOTA). Tras el abandono de Honda, en diciembre, el adiós de la marca alemana supone algo más que una amenaza para el futuro de la estructura actual del circo. Y es que se especula ya con la posibilidad de que otro gran constructor se despida de la competición a causa de la fuerte crisis económica que vive el sector. Podría ser Renault o Toyota, aunque los japoneses se han apresurado a desmentirlo. La FIA (federación internacional) aprovechó la circunstancia para reivindicar la limitación de costes que desea imponer.

"Es una decisión difícil", comentó Norbert Reithofer, el presidente de BMW; "pero es un eslabón decisivo para la reordenación estratégica de la compañía". Aclaró poco más. No habló de números ni resultados. Ni siquiera explicó qué ocurrirá con las 700 personas que trabajan en Hinwil (Suiza) y en Múnich, las dos sedes de la escudería.

Klaus Draeger, el responsable de desarrollo de BMW, fue algo más claro y argumentó que los malos resultados de la firma han tenido una influencia importante. "Teníamos tres años para demostrar que podíamos estar entre los grandes y ganar el título", dijo. Esta temporada está siendo una de las peores en la corta historia de BMW Sauber (desde 2006): en 10 carreras, Robert Kubica ha sumado dos puntos y Nick Heidfeld seis. Ambos pilotos concluyen su contrato este año.

Un bagaje realmente corto para el presupuesto del equipo, que este año se eleva a 275 millones de euros, de los que BMW aporta 156. No obstante, la retirada de BMW no significa que automáticamente desaparezca la escudería. El 20% del capital sigue perteneciendo a Peter Sauber y existe la posibilidad de que pretenda permanecer en la F-1. De lo contrario, Epsilon Euskadi, de Joan Villadelprat, parece la mejor situada para coger la plaza.