De Santiago al Corcovado
Un bisabuelo que embarcó hacia Brasil en los albores del siglo XX y del que nunca más se supo. Y la sospecha de que José María Núñez pudo haber sido asesinado en la ciudad de Belém. Carlos Núñez ha tirado de ese hilo familiar -su bisabuelo era músico, el único de los Núñez hasta llegar Carlos- para ir descubriendo con entusiasmo quizá no tanto lo sucedido al bisabuelo sino la fuerte relación musical entre Galicia y Brasil. Durante casi tres años, en su intento por desvelar el misterio, y siguiendo la luz de una nueva alborada, como dejó escrito su abuelo Albino, Carlos Núñez ha vivido encuentros estimulantes en el gigantesco país de América. Un viaje iniciático a través del Atlántico hacia ese viejo paraíso que los celtas ya buscaron trasue los celtas ya buscaron tras el sol poniente.
Carlos Núñez y su representante han tirado de sus dineros para poder dar forma a este ambicioso proyecto. Según el músico gallego, el alma de la gaita sigue viva en Brasil, transmutada en otros instrumentos, y las cantigas medievales galego-portuguesas se han hecho allí contemporáneas y universales. Con sonidos de carillones y ocarinas, desde la poesía de Rosalía de Castro, arranca el disco antes de que cante la encantadora Fernanda Takai y suenen los scratches de DJ CIA. Se parte de la tradición, pero se mira al futuro. Con dos grandes de la música brasileña, Lenine y Adriana Calcanhotto, el incansable Carlinhos Brown, y músicos del talento del pianista André Mehmari, el acordeonista Dominguinhos o el chelista Jaques Morelenbaum.
Desde que asombró hace trece años con A irmandade das estrelas, en el que tenía invitados como Ry Cooder, Carlos Núñez siempre ha querido expandir el universo de la música gallega, alejar fronteras y dejar que fluyan ideas y surjan contactos. Ahora encontró la necesaria complicidad del tribalista Alé Siqueira, un mago del estudio, y uno de los productores del disco junto a Mario Caldato Jr (Beastie Boys, Manu Chao
...), el propio Núñez y Fernando Conde, que es quien cuenta en el libreto las sugerentes historias que hay tras cada tema: el instrumental Vou vivendo, un choro carioca del gran Pixinguinha; la Alvorada de Cartola, con la voz del ilustre batería y sambista Wilson das Neves, o Padaria elétrica da Barra, alusión a los principales negocios de los gallegos en Salvador de Bahía, panaderías y funerarias; de ahí el comentario "los gallegos nos engordan y luego nos entierran".
Para Ponta de areia, de Milton Nascimento, y para Y-Brazil, Núñez llamó a sus viejos amigos de los Chieftains. Parece ser que a Paddy Moloney y los suyos esas canciones brasileñas les sonaron a escocesas o irlandesas. Para convencerse de las conexiones entre Galicia y Brasil, basta escuchar en la gaita del vigués ese himno que es Asa branca o la asombrosa mezcla de rabecas, zabumbas, surdos, pandeiros, zanfonas, gaitas, cuicas... en Nau bretoa. Dice Carlos Núñez que en Brasil "vive escondida una parte de nosotros, feliz y mestiza, que puede ser clave para nuestro futuro". Fue a buscar el rastro de su bisabuelo y ha vuelto con un sorprendente disco.
Alborada do Brasil. Carlos Núñez. Sony Music.
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