La Diputación de Córdoba lucha por su cuota de poder en Unicajasur

A pesar de que han sido los religiosos los que han dirigido el timón de Cajasur en las negociaciones con la malagueña Unicaja -que han derivado un principio de acuerdo de fusión-, no todo es Iglesia y sotanas en la firma cordobesa. Cajasur nació en 1994 de la fusión de dos cajas, el Monte de Piedad, de propiedad religiosa, y la Caja Provincial, perteneciente a la Diputación de Córdoba. Pero desde entonces, ha sido la Iglesia la que ha dirigido de manera singular los designios de la entidad.

Las negociaciones con Unicaja, en las que no ha habido representantes de la Diputación -lo que valió una carta de protesta de Francisco Pulido, presidente de la administración provincial-, ha sido el último ejemplo de esta prevalencia de los alzacuellos sobre las corbatas.

El presidente de la Diputación recuerda el peso de la institución

La Diputación quiere aprovechar el nuevo proceso de fusión, que supondrá el nacimiento de Unicajasur y la pérdida del control de la Iglesia, para fijar sus propios mínimos y garantizar su espacio. De hecho, ya eleva la voz para reclamar una mayor presencia en las negociaciones e incluso aspira a tener representatividad en los órganos de poder de la futura caja. Así, fuentes cercanas confirman que va a demandarse una vicepresidencia, de la misma manera que la Iglesia aspira a lograr una vicepresidencia ejecutiva.

En esta misma línea, si la Iglesia va a contar con una fundación propia dentro de la nueva firma -dotada con unos fondos fijos anuales de entre seis y ocho millones de euros-, la Diputación quiere recuperar la vieja idea de una fundación suya: la Fundación Viana, que gestionará el palacio del mismo nombre, una de las joyas arquitectónicas de Córdoba. Su instauración ya formaba parte de los acuerdos de fusión entre las cajas Provincial y Monte de Piedad, pero el organismo nunca echó a andar y el funcionamiento del palacio, sus exposiciones y sus conciertos, recayó en manos de la Fundación Cajasur, más ligada a la Iglesia.

Para lograr que aumente la influencia de la Diputación en todo lo referente al proceso de fusión, su presidente, Francisco Pulido, volvió ayer a recordar que la administración que preside "puede aportar y mucho".

El presidente insistió en subrayar el peso de la institución. "Quienes hoy se sienten orgullosos de Cajasur, y así se siente la Diputación cordobesa, también se sienten orgullosos de que Cajasur surgiese de las aportaciones, no sólo del Monte de Piedad, sino también de la Caja Provincial", dijo Pulido. Para continuar: "Y, precisamente, gracias a ese proyecto cordobés hoy se está hablando de un gran proyecto andaluz, que se fortalece desde Córdoba y que ahora, desde la visión del Cabildo y de la Diputación, tiene que repercutir en Córdoba". "Desde esa perspectiva", prosiguió Pulido, "hay que ver cuánto puede aportar a esa visión que ya se tiene de una gran caja andaluza, pero que tiene y debe tener un potencial cordobés. Es ahí donde la Diputación tiene que participar".

Por otro lado, Comisiones Obreras exigió ayer un acuerdo laboral para apoyar la fusión entre Unicaja, Cajasur y Caja Jaén, pidiendo que se establezcan "garantías laborales, empresariales y sociales" para los aproximadamente 1.800 trabajadores de las 220 oficinas que Unicaja y Cajasur tienen en la provincia de Córdoba. Comisiones se reservó su valoración al acuerdo de fusión hasta conocer "sus pormenores" y "las garantias de empleo".