Préstamos envenenados

Basta echar una ojeada a los préstamos personales que las entidades ofrecen a través de Internet para darse cuenta de que sus tipos de interés se colocan entre el 8% y el 13%, según los plazos. Es posible que en oficinas, gracias a la vinculación que el cliente pueda tener con el banco o caja, se pueda conseguir un precio ligeramente inferior. Pero sin excesos.

De ahí lo tentador de algunas de las ofertas de créditos al consumo al 3%, 4%, 5%, 6%..., que en estos días están recibiendo algunas empresas y particulares por parte de bancos y entidades radicados en países remotos. Tienen truco y esconden, en la mayoría de los casos, fraudes y estafas, según acaba de advertir el Banco de España. "Generalmente, estas entidades están supuestamente domiciliadas en Estados muy poco conocidos, a cuya información es difícil acceder". El supervisor explica que se ha comprobado también en muchas ocasiones que estos bancos fantasma carecen incluso de permiso para operar en el lugar donde dicen tener su sede. "Pese a la obligación de las empresas o particulares residentes en España de declarar la apertura de cuentas en el exterior y los préstamos recibidos de no residentes, esto no supone por parte del Banco de España que éste valide o supervise las operaciones declaradas ni a las entidades que intervienen en ellas".

Los bancos 'fantasma' tientan al cliente con intereses muy bajos

El fraude funciona de la siguiente forma: para poder cobrar los préstamos, el cliente debe adelantar una cantidad en concepto de comisiones, gastos de envío, gestión y tramitación, o enviar fondos para abrir una cuenta en la entidad fantasma, en la que se le abonará el falso crédito. Obviamente, el préstamo nunca se materializa y las cantidades adelantadas nunca se recuperan.

Se trata de un aviso serio del Banco de España y de un recordatorio sobre qué se debe tener en cuenta antes de firmar un préstamo. Si el cliente tiene la condición legal de consumidor y el préstamo o crédito está comprendido entre 150 y 20.000 euros, éste tiene derecho a pedir a la entidad una oferta vinculante por escrito en la que se expliquen con detalle todas las condiciones financieras. Esta oferta vinculante, que la entidad está obligada a entregar y que es gratuita, evitará posibles confusiones derivadas de la negociación verbal. Durante el plazo que dure la oferta, que no debería ser inferior a 10 días hábiles, el cliente tendrá en su mano toda la información del futuro contrato y podrá decidir si le conviene o no.