La joya de la corona
El Aston Martin DBS Volante es el último objeto de deseo de la firma británica
Puede que no sea el coche más bonito del mundo, pero está entre los tres o cuatro candidatos al título. El Aston Martin DBS es el buque insignia de la marca británica que utiliza James Bond en sus películas. Y el DBS Volante, que llega ahora, es la versión descapotable de esta belleza, e impacta por el carácter y elegancia de su línea. Se vende a un precio prohibitivo, 280.373 euros con cambio manual y 285.473 con el automático-secuencial Touch-Tronic, ambos de seis marchas. Sólo se producirán 250 unidades anuales, pero es uno de esos automóviles que invitan más a soñar que a plantearse el objetivo inalcanzable de poseerlo.
El DBS Volante, presentado en Gaydon (Reino Unido), comparte la base del DBS, su hermano cerrado, y mantiene desde los espectaculares trazos de su línea al imponente motor 6.0 V12 48v. de 510 CV, el chasis de aluminio -pesa sólo 215 kilos- o sus poderosos frenos. Pero ha sustituido el techo metálico por una sugerente capota eléctrica que se recoge en 15 segundos y aísla perfectamente el interior, incluso a altas velocidades. Estos cambios elevan el peso a 1.895 kilos (1.695 en el DBS).
El Volante ofrece un comportamiento dinámico impresionante y seguro, gracias en parte a la suspensión electrónica, que adapta los reglajes al instante según el estado del piso. Las prestaciones son siderales: acelera de 0 a 100 km/h en sólo 4.3 segundos y alcanza 307 km/h. Sin embargo, lo más sorprendente de este superdeportivo de aspecto exquisitamente elegante y refinado es que obedece al conductor con una sumisión sorprendente y hace sentir todo bajo control. El sonido discreto del motor se transforma en un rugido al superar las 4.500 vueltas y anuncia que se conduce un "purasangre".
Como todos los Aston Martin, el DBS Volante fusiona la elegancia y el carisma de la marca con las últimas tecnologías de fabricación, pero combina también los materiales ligeros más sofisticados, como fibra de carbono (capós y aletas) o magnesio (puertas) con los tejidos y pieles más exclusivos. Y es que los 1.300 operarios de Aston conservan el mimo de los artesanos, y siguen cosiendo a mano las tapicerías en la fábrica de Gaydon: se tardan 200 horas en producir cada coche.
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