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Los casos de legionela aumentaron en 2008

La Comunidad Valenciana registró un total de 268 casos de legionelosis durante el 2008, 26 más que el año anterior, cifras que la convierten en la segunda autonomía española, por detrás de Cataluña (271 casos), en incidencia de esta enfermedad. Según los datos ofrecidos ayer por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la Comunidad Valenciana se mantiene, así, a la cabeza de los casos de legionelosis, que afectó en 2008 en España a un total de 1.232 personas, con una tasa de incidencia de 2,76 por 100.000 habitantes. En tercer lugar, Andalucía ha notificado 131 casos, que representan un descenso respecto a 2007 en que se contabilizaron 159 enfermos.

Las tasas de incidencia más elevadas se dan en Baleares (7,24), Cantabria (6,56), Aragón (6,23) y Valencia (5,56) y aumentan respecto al año anterior. En 2007 las comunidades más afectadas fueron Baleares (5,32), Aragón (5,24) y Valencia (5,11). Destaca el caso de Cantabria, con un aumento de la tasa de incidencia muy destacado en 2008 mientras que el año anterior se situaba en 3,39. Los pacientes con legionelosis tienen normalmente fiebre, cefalea, astenia, dolores musculares y tos, como paso previo a síntomas más concluyntes y graves como esputos de sangre o dolor torácico fuerte que definen mejor la infección. Los expertos consideran la legionelosis una enfermedad emergente, cuya evolución va ligada a las nuevas tecnologías y al desarrollo de las instalaciones de refrigeración colectivas, principalmente.

Bacteria ambiental

"La legionela es una bacteria ambiental cuyo hábitat natural son las aguas superficiales de lagos, ríos y estanques, de donde pasa a colonizar los sistemas de abastecimiento de las ciudades", explicó el coordinador del área de infecciones respiratorias de Separ, José Blanquer. La bacteria encuentra su hábitat ideal en los sistemas que requieren de agua para su funcionamiento y generan aerosoles como son las torres de agua para refrigeración de aire acondicionado, fuentes, condensadores, aspersores de riego, duchas, sistemas de agua sanitaria (fría y caliente) y, en el ámbito hospitalario, algunos equipos utilizados en terapia respiratria. Estas instalaciones favorecen el estancamiento del agua y la acumulación de productos que sirven de nutrientes para la bacteria, como lodos, materia orgánica y material de corrosión.

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