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Batalla de campanarios

El cabildo de Jaén recurrirá la orden municipal de rebajar el ruido de la catedral

Ginés Donaire

La decisión del Ayuntamiento de Jaén de instar al cabildo catedralicio a rebajar en el plazo de un mes los decibelios de las campanas, tras la resolución judicial favorable a un vecino que vive enfrente, ha abierto una intensa polémica en la ciudad, donde la opinión pública se ha mostrado de forma mayoritaria contraria a esa medida. Y ese clamor social es el que intenta aprovechar el cabildo, que ayer se reunió de urgencia y dejó claro que no será fácil atender el requerimiento judicial. "Vamos a recurrir a todas las vías legales para no acallar los sonidos de las campanas", subrayó el deán de la catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, quien recordó que el tañido del campanario sólo se escucha los jueves, sábados, domingos y días de fiesta.

El cabildo estudia incluso promover una campaña de recogida de firmas por entender que el sonido de las campanas forma parte del valor social y patrimonial de la catedral, un templo renacentista que aspira a su declaración por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.

La solución a este conflicto podría venir por la modificación de la ordenanza municipal de protección contra la contaminación acústica para que se recojan los toques de las campanas como sonido singular a autorizar. Sin embargo, este paso, anunciado por el concejal de Medio Ambiente, José Luis Cano, tardaría en producirse y, mientras, el vecino al que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía le ha dado la razón, Antonio Rus, ha solicitado en el Juzgado la medida cautelar de precintado de las campanas.

Rus, centro de las críticas de sus paisanos, mantiene otro contencioso por el que solicita 600.000 euros por los daños producidos a su salud en los 28 años que lleva litigando contra la catedral. Curiosamente, el fallo judicial sí permite que se mantenga el mismo sonido del reloj del templo, que suena cada 15 minutos.

Rus recela de la voluntad del Consistorio de hacer cumplir el fallo judicial y le culpa de la presión ciudadana que está sufriendo. "Me están enfrentando con los vecinos", dice, tras recalcar que aspira a rebajar el sonido de las campanas para descansar.

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