El túnel de Lance
Desde la habitación del hotel, Lance Armstrong divisa el mítico circuito urbano de Mónaco. Desde allá arriba, advierte el famoso túnel de la fórmula 1 en el que tantos conductores, incluido Fernando Alonso, han visto frustradas sus ansias de victoria. Desde allí ve esos 15 kilómetros que mañana verán, a su vez, el retorno del mejor ciclista de todos los tiempos tras casi cuatro años de ausencia. El contraste es absoluto. Allí abajo, en el asfalto, el Tour, con su grandeza, distará mucho de la magnificencia de la fórmula 1. No habrá paraguas multicolores ni dispendios económicos tan poderosos como los que acompañan a los conductores de bólidos que circulan a 150, 180, 200 kilómetros por hora. Armstrong y compañía alcanzarán como mucho los 45 kilómetros por hora y rodarán no durante dos horas, sino apenas durante 20 minutos, de uno en uno, sin adelantamientos, para establecer el primer maillot amarillo de la ronda francesa.
Casi todos los mejores están en Mónaco. El Principado glamuroso ya acoge a los que en su día el diccionario popular denominó los esforzados de la ruta, una mayoría de gentes populares, con algunos aristócratas entre los que se encuentra Armstrong, algo así como si retornase Michael Schumacher para poner en entredicho a los cabecillas del circo automovilístico. Los ojos están puestos en él y lo seguirán estando si confirma su puesta a punto o le irán olvidando si los jerarcas de la carrera le olvidan en la clasificación antes de lo que unos creen y otros imaginan. El ciclismo y el motor parecen converger esta temporada y no accidentalmente.
Mónaco cita a los del Tour en su mítico circuito automovilístico y la Vuelta a España llama a los suyos al no menos mítico circuito de Assen, en Holanda, el territorio motociclista por antonomasia, en septiembre. En tiempos de crisis, ambos deportes necesitan calentar motores. Más aún cuando la parrilla de salida del Tour mantiene suficientes candidatos para una larga carrera fuera del circuito. Armstrong, desde la ventana, mira al túnel y seguramente piensa que es un lugar ideal para reaparecer sobre el asfalto. Total, 15 kilómetros...
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