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"La autopsia describe una muerte horrorosa, la peor agonía"

Juicio a un conductor que arrastró y abandonó agonizante a un motorista

"Una muerte horrorosa, la peor agonía". Así describió ayer el abogado José Luis Benedicto el fallecimiento de José Antonio Caro Buendía, el motorista de 17 años que murió el 21 de marzo de 2008 tras ser arrastrado durante dos kilómetros enganchado en los bajos de un coche después de haber sido atropellado accidentalmente en L'Alfàs del Pi. La autopsia reveló que su muerte fue consecuencia de las "lesiones propias del arrastre". El fiscal considera que tras el accidente, el encausado continuó conduciendo dos kilómetros más "a sabiendas de que arrastraba" a la víctima.

El juicio por estos hechos comenzó ayer en la Audiencia de Alicante. Esposado y cariacontecido llegó, sobre las diez de la mañana a la sede judicial, el principal imputado, David W. Cook, de origen británico y de 57 años. El fiscal le pide 13 años de prisión por los delitos de homicidio y conducción temeraria. Su compañera, Angela M. G., de 46 años, le esperaba en la sala de vistas. Para ella, quien el día de autos iba de copiloto, la acusación pública reclama una indemnización de 4.380 euros por un delito de omisión del deber del socorro.

"Vi cómo pasó sobre el cuerpo y se quedó enganchado en las ruedas"

El atropello mortal se registró sobre las 19.55, en el punto kilométrico 3,4 de la CV-763, a su paso por el término municipal de L'Alf'as del Pi. El ciclomotor del fallecido y otro vehículo colisionaron en una intersección de acceso a una urbanización. Como consecuencia del impacto, el motorista quedó tendido en el suelo. Fue entonces cuando, según consta en la calificación fiscal, el procesado, que conducía un Hyundai Matrix, realizó una maniobra sin éxito para evitar el atropello. Tras apercibirse del arrollamiento, Cook, "con temeridad manifiesta y con claro peligro para la vida e integridad del joven accidentado, volvió a acelerar y continuó conduciendo a sabiendas de que arrastraba en los bajos del vehículo al conductor del ciclomotor".

Posteriormente, la pareja abandonó presuntamente a la víctima mientras agonizaba en la calzada, ya en el término municipal del municipio vecino de La Nucia. Unas cámaras de tráfico instaladas en la calle fueron la clave para desenmascarar al presunto homicida y su compañera.

Ayer, los dos procesados se acogieron a su derecho a no declarar. Sin embargo, los enjuiciados, en sus declaraciones a la policía, mantuvieron que no se percataron de que el joven quedó enganchado bajo el vehículo, extremo que rechaza de plano la defensa. "Cuando arrastran a una persona casi tres kilómetros la destrozan. ¡Que me digan que no me he enterado o que no me he dado cuenta!", ironizó el letrado que representa a la familia de la víctima, José Luis Benedicto.

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Durante la vista oral, una de las testigos, que circulaba inmediatamente detrás del coche del presunto homicida, declaró que vio cómo el utilitario de los enjuiciados pasó por encima del chico y luego se fue con el cuerpo enganchado. "Vi perfectamente cómo pasó sobre el cuerpo. Luego se quedó enganchado, debajo de las cuatro ruedas", apuntilló. Y agregó la joven: "Lo tengo grabado perfectamente". Después del atropello mortal, según su versión, el coche salió "más deprisa de lo normal". En opinión de esta testigo, "del susto se fueron corriendo".

El padre de la víctima eludió presenciar el desarrollo de la vista oral para no escuchar los testimonios de quienes presenciaron el espeluznante accidente. Antes de la sesión, José Antonio Caro, el progenitor, pidió justicia para quien considera el "asesino de su hijo". "Se hubiera podido evitar su muerte si no lo hubiese arrastrado", concedió estremecido. Otra de las personas que testificó fue el hombre que halló el cuerpo, casi dos kilómetros más allá del punto donde se originó el accidente. El hombre siguió el reguero de sangre que esparció el vehículo implicado. Según él, cuando llegó el chico estaba muy mal, "agonizaba".

El fiscal mantiene que el procesado, al darse cuenta de que este testigo le seguía por el rastro de sangre que dejó el herido para darles alcance, el conductor realizó sucesivas maniobras de marcha adelante y atrás para intentar desenganchar el cuerpo, luego lo abandonó aún con vida y emprendió la fuga.

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