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Beiras reivindica lealtad y unidad al nacionalismo

El intelectual y político recibe el premio Trasalba

Apenas retumbó como un hilo ayer la voz poderosa de Otero Pedrayo en su casa de Cimadevila (Trasalba). Un Beiras exultante había destapado antes las esencias de su tradición oteriana por el bajo abarrotado de sus fieles y convirtiendo el alegato literario a don Ramón en una arenga por la unidad del nacionalismo que él predica. Y lo inundó todo. "Irmandiñas e irmandiños", empezó el ex líder del BNG y catedrático Xosé Manuel Beiras su discurso para después agradecer a los asistentes que lo hubieran arropado "conscientes y leales, eso tan escaso y que tanta falta hace si queremos sobrevivir".

Fue ayer un Beiras jubiloso, en la galería de la casa de Otero, en su biblioteca, en las bancadas de piedra, entre los árboles frondosos. Un Beiras aleccionador, dotado de la encomienda "mesiánica para la reconstrucción del país", en palabras del presidente de la Real Academia y presidente de honor de la Fundación Otero Pedrayo, Xosé Ramón Barreiro, que realizó la laudatio.

Galicia no es el país de los enanos, "pero los enanos proliferan y se suben al poder"

Barreiro destacó la tradición nacionalista del "clan Beiras", su educación liberal "pero comprometida" y su herencia piñeirista. El académico valoró la tesis juvenil de Beiras -"de la dominación sobre Galicia sólo podemos desprendernos por la liberación nacional"- y le agradeció solemne: "Lo que hiciste y seguirás haciendo por nosotros y por la patria".

Beiras aceptó el envite y demandó lealtad. La tardía llegada al acto de Isaac Díaz Pardo le dio pie para abroncar al bipartito. Con el ex conselleiro Suárez Canal y la ex vicepresidenta del Parlamento Tereixa Paz discretamente entre el público, Beiras clamó: "Un poder político que dejó que eso acabara mal [en referencia a Sargadelos] por intereses empresariales es un poder irresponsable".

Con Baltar en primera fila, arremetió contra "los mezquinos y los caciques del pueblo destrozado por Atila", contra la "tiranía católico-fascista que impidió la supervivencia de Galicia" y contra la maldición de Sísifo. El premiado aseguró no tener más que interrogantes sobre el futuro de Galicia. "A cada paso me hago más preguntas sobre el porvenir de mi pueblo", apuntó, aunque no arroja la toalla: "No desertaremos". Y Beiras regresó al poeta Celso Emilio, porque a pesar de que Galicia no es el país de los enanos, "los enanos proliferan y se suben al poder para destruir el país con medidas de exterminio idiomático".

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