Enagás ajusta el paso
Prepara una emisión de bonos para refinanciar deuda, baraja revisar sus inversiones y adquirir activos de gas a las eléctricas
Quien no acompasa al tiempo sus pasos pierde el ritmo y puede tropezar. Enagás lo sabe y se ha puesto las pilas frente a la crisis general. El grupo lleva semanas haciendo bolos, presentando la compañía a inversores institucionales (lo que en lenguaje financiero se conoce como road show), como sondeo, preparación y paso previo a una primera emisión de bonos corporativos en su historia, cuyo importe podría rondar los 500 millones de euros y cuyo destino sería ayudar a refinanciar un crédito de 1.000 millones de euros que vence en enero. Enagás llevaba tiempo estudiando esta emisión, títulos a un plazo de entre 3 y 5 años, como una de las opciones para refinanciar su deuda en un entorno como el actual de fuerte restricción del crédito.
La demanda de gas cae un 15% en los últimos meses, según Antonio Llardén
Al tiempo, esta semana, el presidente de Enagás, Antonio Llardén, aprovechando la reunión anual de la Asociación Española del Gas (Sedigás), reiteró una información anticipada a los inversores: su compañía "estudia" diversas ofertas recibidas de venta de activos de regasificación y de almacenamiento subterráneo de gas, pero no dio nombres de oferentes. Explicó que Enagás sólo realizará compras si las operaciones procuran retornos interesantes y si no elevan la deuda prevista para los próximos años.
En España hay seis regasificadoras. Tres -Barcelona, Cartagena y Huelva- son ya propiedad de Enagás. Otras dos -Sagunto y Mugardos- están participadas por Iberdrola y Unión Fenosa, y una última, en Bilbao, pertenece a Bahía de Bizkaia Gas. Enagás construye en Asturias una séptima.
Enagás, según fuentes de la compañía, podría aprovechar la estrategia actual de las eléctricas de vender activos para aligerar su deuda y tomar participaciones ("la idea no es hacerse con el 100%") a buen precio.
Llardén dijo que Enagás no prevé "ningún cambio significativo en los próximos tres o cuatro años" en su plan estratégico 2007-2012, en el que se contemplan inversiones de 5.000 millones; pero a renglón seguido advirtió de que la coyuntura podría provocar cambios en la planificación del Gobierno hasta 2016 y concentrar las inversiones en proyectos prioritarios. "Hay inversiones", explicó, "que habrá que ir haciendo por seguridad de suministro y otras en las que habrá que ver si se retrasan o adelantan en función de la demanda".
Llardén, sobre la demanda de gas, pronosticó que el año concluya con descensos cercanos al 10%, por debajo de las caídas del 15% registradas en los últimos meses en términos interanuales, y se mostró confiado en que en 2010 se recupere el consumo.
A los inversores institucionales también se les ha dicho en los últimos road show que Enagás ha analizado, como consecuencia de la crisis, "distintos escenarios" y que por ahora no tiene intención de ajustar su plan inversor "hasta que el Ministerio de Industria no publique una actualización del plan de infraestructuras".
El grupo ha hecho gala de su solidez en estos encuentros, al asegurar que no han variado sus "objetivos de apalancamiento" [prevé que en 2009 se sitúe en el 64%, dos puntos más que en 2008, y espera que la deuda supere en 2012 en cuatro veces el Ebitda, tras lo que se irá reduciendo] "en la medida en que las potenciales adquisiciones pueden ser compensadas con menor inversión".
Para 2009, Enagás espera un aumento del 15% en los ingresos regulados del transporte y del 4% en los ligados a regasificación.
Respecto a la emisión citada de bonos, fuentes de la banca de inversión resaltan "el buen momento del mercado, hoy muy receptivo a estas operaciones", y creen que Enagás no tendrá problemas para colocar los títulos. La calificadora de deuda Moody's acaba de reafirmar, tras la venta del 5% de su capital por Gas Natural a Oman Oil Holdings Spain, el rating a largo plazo de Enagás situado en "A2", la calificación crediticia a corto plazo de "Prime 1" y la perspectiva estable del mismo.
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