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TIPOS DE INTERÉS | Laboratorio de ideas

La mejor actitud es la modestia

El concepto de normal es escurridizo. Lo que se considera una casa normal en California parecería una mansión en Caracas. Y la economía normal de 2009 se habría considerado un caos deprimido hace pocos años.

Los directores de los bancos centrales del mundo deben decidir cuál es su definición de normal. Porque cuando la situación económica se normalice, pueden empezar a relajar unas políticas monetarias que son anormales desde cualquier punto de vista: expansión cuantitativa y unos tipos de interés muy bajos.

En marzo mismamente, la situación económica y financiera era claramente aberrante. Pero las peculiaridades han desaparecido. Los márgenes de crédito han pasado de insoportables a elevados, los principales bancos ya no están amenazados con la quiebra inminente y las noticias económicas son calientes y frías, en lugar de uniformemente lamentables.

No es que los gobernadores de los bancos centrales contemplen una economía sólida. La actual situación financiera se consideraría apurada si nos regimos por los criterios de los últimos cinco años. Es posible que la economía empiece a crecer dentro de uno o dos trimestres, pero a un ritmo anémico.

Normalmente, Ben Bernanke, Jean-Claude Trichet y Mervyn King responderían ante un entorno así recortando los tipos de interés. Pero sus instituciones -la Reserva Federal estadounidense, el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra- ya los han recortado, y con creces.

La crisis es un recordatorio de que las autoridades monetarias tienen, entre otras responsabilidades, la de impedir el desorden financiero. Las políticas anormales se instituyeron en parte para hacer exactamente eso. Puede que hayan ayudado a los bancos a mantenerse a flote, pero los tipos de interés cero distorsionan los mercados de préstamo. Y la ampliación de los balances contables de los bancos centrales anima a los Gobiernos a endeudarse temerariamente.

Los gobernadores de los bancos centrales son humanos y tal vez prefieran instintivamente un crecimiento más rápido. Pero puede que no sea posible conseguir eso y al mismo tiempo normalizar el sistema financiero, aumentar la tasa de ahorro en Estados Unidos y Reino Unido y reequilibrar el comercio mundial. Bernanke y compañía deberían empezar a preparar a los mercados para un cambio de política. -

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