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Crítica:Carreras & capital humano
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Más regulación (o no)

La crisis obliga a modificar la supervisión financiera mundial

Claudi Pérez

Es posible que los mercados tiendan al equilibrio por sí mismos: en el perfecto mundo de los elegantes modelos que fabrican los economistas, cualquier cosa es posible. La física teórica también ha demostrado que un elefante puede sentarse sobre una margarita sin aplastarla. Pero una cosa es el ejercicio teórico, y otra, el mundo real. Y el mundo real, en lo que se refiere a la economía en general y a las finanzas en particular, desprende un inconfundible aroma de tierra quemada, tras los años en los que la desregulación o incluso la autorregulación financiera -basadas en esa ilusión de que los mercados tienden al equilibrio por sí solos- camparon a sus anchas. Howard Davies, director de la prestigiosa London School of Economics, y David Green, asesor del Consejo de Emisión de Información Financiera en el Reino Unido, plantean que es el momento de acabar con las sombras del sistema financiero y con la permisividad en varias áreas de las finanzas, desde los paraísos fiscales hasta los fondos de alto riesgo.

REGULACIÓN FINANCIERA MUNDIAL

Guía básica. Howard Davies y David Green Paidós Comunicación ISBN 978-84-493-2267-9

La crisis tiene estas cosas: del liberalismo casi salvaje de los últimos años -los reaganomics y demás- se ha pasado a un intervencionismo público sin precedentes en la economía, que tendrá un coste fenomenal en función del déficit público. Simplificando: los desmanes de la banca detonaron la crisis, que ahora pagarán los contribuyentes. A cambio de ese enorme esfuerzo, los Gobiernos insistieron desde el principio en la necesidad de reformar de arriba abajo la regulación financiera para evitar que la historia se repita. Los principales Gobiernos no han dejado de reunirse desde entonces con ese objetivo. "Sin embargo, hasta el momento, esta sucesión de reuniones internacionales no ha propiciado demasiados resultados en la práctica. Por tanto, ha cambiado todo, pero no ha cambiado nada", sostienen Davies y Green.

Los grandes cataclismos económicos han propiciado siempre un cambio de paradigma: de la Gran Depresión de los años treinta se salió con una reforma integral de la regulación que propició décadas de estabilidad. El problema es que tras dos años de gran recesión no se percibe una ambición reformadora similar. "Hasta ahora, la sensación de urgencia ha sido inexistente", aseguran los autores del libro, escrito a caballo entre 2007 y 2008.

Esas fechas no parecen un problema: la arquitectura regulatoria de las finanzas internacionales prácticamente no ha cambiado desde entonces, a pesar de las altisonantes declaraciones de los gobernantes, lo que probablemente hará de Regulación financiera mundial un libro útil durante mucho tiempo para profesionales de los mercados financieros.

La tesis principal del texto de Davies y Green es que el sistema regulatorio se ha ido desarrollando a trompicones, de un modo poco sistemático. Hasta el estallido de las hipotecas basura en Estados Unidos, la regulación había conseguido mantener con relativo éxito la estabilidad financiera mundial. Sin embargo, ahora está totalmente desfasada. En Estados Unidos, la SEC -el supervisor bursátil- "ha sido especialmente deficiente durante la crisis". Las turbulencias han puesto de relieve en Europa que los bancos de cualquier nación pueden desarrollar prácticas bancarias en otros países "sin ningún tipo de supervisión prudencial local". Y así ad infinitum.

La crisis abre las puertas a una solución: "Quizá haya alterado el equilibrio político, a favor de una regulación más intrusiva en el futuro", aseguran los autores con escasa convicción. Porque a la luz de los hechos, ese quizá es cada vez menos probable. Estados Unidos ha rebajado esta misma semana el tono de su voluntad reformista del sistema financiero, y hace unos meses la Administración de Obama ya renunció a la posibilidad de controlar los sueldos de los ejecutivos. La UE presentó antes de las elecciones un nuevo y ambicioso modelo de supervisión financiera. El Consejo Europeo debe analizar este mismo mes esa propuesta, con la sensación de que tiene que ser ahora o nunca. Puede que sea nunca: la derecha, encabezada por Reagan y Thatcher, puso en marcha el experimento desregulador que ha explotado con la crisis. Y la derecha ha ganado las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Ya se lo dijo Humpty-Dumpty a Alicia: "Lo importante es quién tiene el poder. Eso es todo".

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.
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