Suiza también padece

Suiza se ha sumado esta semana al numeroso grupo de países europeos que han entrado en recesión. Y como sus pares, lo ha hecho batiendo todas las estadísticas conocidas. La Confederación Helvética ha registrado durante el primer trimestre del año una caída del 0,8% en su PIB si se compara con el periodo octubre-diciembre de 2008, el peor dato desde 1992. Si consideramos cifras interanuales, la caída del PIB se eleva hasta el 2,4%, un dato que sólo se puede comparar con la recesión de 1976. Las noticias no son buenas y auguran una caída anual del 3,2%, según previsiones oficiales y de organismos internacionales.

Las causas de esta caída tienen que ver con el debilitamiento del comercio exterior y la crisis bancaria. Durante este trimestre, las exportaciones cayeron un 5,4%, siendo particularmente acusado el desplome de los envíos de bienes, que se contrajeron un 6,6%. La explicación es simple: más de la mitad de las exportaciones suizas se dirigen a países de la eurozona, economías que sólo entre enero y marzo han caído una media del 2,5%, el mayor desplome desde que en 1995 se implantara una medición conjunta para estos países.

El debilitamiento de las exportaciones y la crisis bancaria, causas de la caída

La crisis ha traído consigo niveles de desempleo que no se recordaban en tres años. Las previsiones de la OCDE indican que el indicador de paro podría llegar al 3,9% este año y al 4,2% el próximo, aunque los despidos reales crecen con mayor rapidez. La química Clariant ha anunciado un recorte de 1.350 puestos de trabajo, mientras que Georg Fischer AG recortará 2.300, y UBS -el banco más importante del país-, 7.500. Suiza se ha caracterizado históricamente por sus elevados niveles de empleo, de los más altos de Europa.

Dentro de todos estos malos datos, el Ejecutivo suizo destaca un buen síntoma: el consumo interno se mantiene, a diferencia del resto de las economías europeas. El último dato del primer trimestre revela que el gasto de los consumidores aumentó un 0,1% y se espera que el año cierre con un alza del 1,2%. La otra señal positiva para la economía helvética es la supervivencia de la construcción, que a pesar de caer un 1% mantiene el tipo, en contraste con el desplome que ha sufrido en el resto del continente.

Para combatir la crisis, las autoridades han actuado en dos direcciones. La primera ha sido aprobar un estímulo económico de 1.000 millones de francos suizos durante el último año. Se han reducido las tasas de interés al 0,25% para dinamizar el consumo y paralelamente se ha intentado detener la revalorización del franco inyectando liquidez al mercado cambiario. Con esta medida se ha privilegiado la competitividad de sus exportaciones.

No obstante, este paquete de medidas parece no ser suficiente, y el Ejecutivo evalúa aumentar las ayudas. El FMI ya ha sugerido al Gobierno que haga más esfuerzos fiscales para evitar que la economía se resienta más de lo esperado. Para ello cuenta con un amplio margen de gasto que de momento no ha utilizado. Los datos indican que el superávit público llegará al 0,3% del PIB durante este año, para llegar al 0% en 2010. Durante los últimos cinco años, el Estado ha superado el 1% del PIB en su equilibrio fiscal.