Carrick: "Es bonito ver al Barça, no jugar contra él"
Michael Carrick, de 28 años, ya no es aquel chaval larguirucho que creció tan de repente que se volvió torpe con el balón y tenía constantes dolores en las rodillas. Por eso se resistían a ficharlo los clubes del noreste de Inglaterra, de donde procede, según cuenta el técnico Harry Redknapp. Ahora ya no. Ahora es el medio centro del Manchester y de la selección inglesa, un notable distribuidor del juego, aunque sigue conservando una delgadez que delatan unos pantalones vaqueros medio vacíos.
El chico acabó al menos los estudios del instituto y se expresa en un inglés muy claro. Así explica sus impresiones sobre la final. "El Barcelona es bonito para verlo, pero no para jugar contra él. Su esencia es lo rápido que mueven el balón", admite, y a continuación detalla la manera de neutralizarlo: "El Chelsea ya demostró que es posible pararlos. También nosotros el año pasado [en la semifinal de la Champions], aunque hay que estar muy concentrados para evitar que aparezca la magia. Su delantera, con Messi y Henry, es impresionante".
La magia, según Carrick, es la que cocinan Xavi e Iniesta. "Xavi mueve al equipo, e Iniesta le da profundidad", describe el medio centro del United, cuya carrera profesional se inició en la famosa academia del West Ham. Tenía 17 años. El Tottenham lo fichó en 2004 por cuatro millones de euros. Dos temporadas de éxitos lo catapultaron al Manchester, que pagó por él cerca de 18 millones en 2006. Heredó nada menos que el 16, el número que había dejado desierto Roy Keane, una leyenda en Old Trafford. Y con él ha ganado ya tres Ligas y una Copa de Europa. "Es una verdadera final europea: el mejor equipo de España contra el mejor de Inglaterra", concluye Carrick.
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