Un bolso que valía una pensión de jubilación

"Prefiero pedir un trozo de pan al que lo tenga antes que quedarme con algo que no es mío". Si Higinio y Lucas hubieran dudado ayer, ahora podrían tener 60.000 euros más en el bolsillo. Pero estos dos jubilados, de 72 y 73 años, lo tuvieron claro en cuanto vieron el montón de joyas que había dentro de un bolso marrón, abandonado a su suerte entre dos coches, en la calle de Antonio López (Usera).

Los dos vecinos, compañeros de trabajo en una fábrica de refrescos durante 24 años, daban ayer, poco después del mediodía, su caminata habitual cuando se sorprendieron al encontrar un bolso de piel en el suelo. Una mujer lo señalaba sin atreverse a cogerlo, y ellos tomaron la iniciativa. No imaginaban que, al abrirlo, se iban a convertir en los héroes de la jornada.

"Había cuatro mantas llenas de joyas", de esas que llevan los comerciantes para enseñar la mercancía. Collares, pendientes, anillos. Y 30 décimos de lotería para el sorteo del sábado. "Sin dudarlo nos fuimos directos a la comisaría", explicaban por la tarde.

El grupo de la policía judicial de Arganzuela localizó a la dueña poco después, una vendedora de joyas que reconoció como suyo el material. "Era una pareja que venía de viaje y que, al sacar las cosas del maletero del coche, se dejaron esa bolsa sin querer", contaba Higinio comprensivo. En ningún momento le asaltó la tentación de quedarse siquiera con un regalito para su mujer. "¡Eso es pecado mortal!".

"Se han llevado nuestros teléfonos. Si nos dan un regalito, muy agradecidos", respondían los jubilados ante la posibilidad de recibir una recompensa. "Si no, les hemos hecho felices y también nos alegra".