Nadal, contra el 'efecto Muster'
El 'número uno' se mide a un renovado Dkojovic, que ganó a Federer, en la final de Roma
Mano de piedra quiso hacer honor a su apodo. Fernando González atacó a Rafael Nadal en las semifinales del torneo de Roma con pelotazos a más de 150 kilómetros hora. Tiró el chileno pelotas de cemento armado. Percutió a base de derechazos, y envidó con maliciosas dejadas. Para Nadal, bien parado sobre la línea de fondo, el punto desde el que más se manda sobre el juego, aquella tormenta fue suave brisa: venció por un doble 6-3 y se clasificó para la final de hoy (16.00, TVE-1) contra Novak Djokovic. El serbio, que ha jugado el partido definitivo en los tres últimos torneos, se deshizo por 4-6, 6-3 y 6-3 de Roger Federer, que se desinfló tras tener el partido casi ganado. Nadal y Djokovic repiten la final jugada hace dos semanas en Montecarlo, ganada por el español. Una cosa ha cambiado. Hoy, en el banco de Djokovic se sienta Gebhard Phil-Gritsch, el que fue preparador físico de Thomas Muster. El gurú que junto al técnico Ronnie Leitgeb modeló a uno de los mejores jugadores de todos los tiempos sobre arcilla.
El serbio se entrena con el técnico que moldeó a uno de los mejores en arcilla
"Va a ser un partido dificilísimo", dijo Nadal. "Djokovic está jugando cada vez mejor, y esta semana ha conseguido algunos resultados sorprendentes: ganar 6-1 y 6-1 a Robredo, también a Del Potro... o ganar a Federer en un partido complicado". Que Phil-Gritsch trabaje con Djokovic es toda una señal. Un aviso sobre los sacrificios que el serbio está dispuesto a hacer. El austriaco aprovechó al máximo la mentalidad de hierro de Muster, un tenista que llegó a entrenarse subido a una silla de ruedas. Una noche, un borracho atropelló al austriaco y dejó su carrera vista para sentencia. No para Muster. No para Phil-Gritsch. El preparador físico mandaba. Y Muster trabajaba: "Mientras estaba ahí, en la silla de ruedas, aporreando pelotas, tenía la imagen de Niki Lauda en mi cabeza. Si él había podido conducir menos de dos meses después de que le hubieran sacado de su coche [tras un accidente en Nürburgring] con quemaduras grotescas que le dejaron en coma... ¿por qué no podía yo superar problemas menos serios?", le dijo al Times. Ése es el tipo de actitud que Phil-Gritsch aporta hoy al banquillo de Djokovic, un tenista temible con fama de débil cuando los partidos se empinan.
"Ha traído un nuevo sistema, muchas innovaciones", dijo Djokovic, que se retiró por un golpe de calor del Abierto de Australia 2009, como ya hizo por problemas físicos en Roland Garros 2006, Wimbledon 2007 y la Copa Davis 2008. "Trabajamos mucho en el fortalecimiento de mis piernas, porque la tierra requiere mucha resistencia. Es algo que voy a necesitar mucho en los próximos dos meses. Serán extenuantes". Hoy le espera Nadal. Un tenista con un apetito insaciable. Así lo describió Serena Williams, ganadora de diez grandes, para celebrar que Time haya elegido al español en el puesto 71 de las personas más influyentes del mundo: "Quiero ser como él. La actitud que exuda en el momento en el que sale a la pista es la de un verdadero campeón cuyo deseo de victoria es el mismo deseo que tiene un león de comer".
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