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Reportaje:El gran clásico

El maestro de los tacos afilados

Juande estudia darle la titularidad a Heinze, que dice que sabe cómo frenar a Messi

Diego Torres

Hace un año, Robinho hizo dos goles que sirvieron al Madrid para derrotar al Recreativo en Huelva (2-3). En el autobús que llevaba al equipo al aeropuerto de Sevilla, Gabriel Heinze se dirigió a Miguel Torres y, sonriendo, le dijo: "Yo a vos te tengo que enseñar muchas cosas". La condescendencia de Heinze hacia Torres, que lo miraba asombrado, no era fingida. Heinze estaba convencido de que, en aquella noche brusca del Nuevo Colombino, había sido más importante que Robinho. El defensa argentino creía que el partido se había roto a favor del Madrid gracias a que él había propiciado la expulsión de Beto, que, incapaz de autocontrolarse, le había propinado un puñetazo delante del árbitro. "Yo a Beto lo conozco del Oporto", se reafirmó Heinze, como insinuando que sabía exactamente qué cosas humillarían a su colega hasta desquiciarlo. Por esto se sentía, de lejos, tan decisivo como Robinho. Y no sólo eso. Se preocupaba por dejarlo claro.

Pékerman sintió temor por la salud del delanteo cuan se cruzó con el defensa
"Leo, pásate a la otra banda, le ordenó el entonces técnico de Argentina

Heinze pertenece a la clase de jugadores que saben reafirmarse para ganarse la cuota de poder imprescindible para maniobrar con autoridad en cualquier grupo humano. Por eso se lleva bien con todos los entrenadores, mientras le conviene. Es capaz de transmitir a los técnicos la sensación de que él es necesario. Juande lo cree. Y Raúl también. "Heinze sabe parar a Messi porque lo conoce mejor que nadie", dijo Raúl el jueves. Eso es lo que dice Heinze. Y se lo creen. Tal vez por eso hoy será titular ante el Barça con la encomienda de frenar a su compatriota. Si lo hace, Juande dejará en el banquillo a Miguel Torres, que fue titular en Sevilla y jugó bien, pero carece del poder de persuasión de su compañero. Heinze ya se ha encargado de que, ante él, Torres aparezca como un aprendiz.

La primera vez que Heinze y Messi coincidieron fue en la selección argentina. José Pékerman convocó a Messi para que debutara en un amistoso antes del Mundial de Alemania. Durante uno de los entrenamientos previos, en un partidillo, Messi empezó a encarar a Heinze. Se le fue a la primera, a la segunda, y a la tercera. Cada gambeta que hacía dejaba más en ridículo a Heinze, que, cuando se siente herido en su amor propio, es capaz de emplear sus tacos como un arma blanca. Cuando Pékerman observó que los aluminios del defensa pasaban silbando junto a las tibias y a las rótulas del pequeño delantero, lo llamó y le ordenó: "Leo, pásate a la otra banda y deja de regatear tanto". El seleccionador sintió verdadero temor ante la inminencia del daño grave. Tal vez Messi no lo supo nunca, o lo empieza a intuir ahora: en la selección no todos lo recibirían con los brazos abiertos.

A los 31 años, Heinze está orgulloso de lo que ha conseguido. No tiene ni un cuerpo especialmente atlético, ni una técnica determinante. Nació en un pueblo de la provincia de Entre Ríos en el que la gente va a comprar el periódico a caballo y fue capaz de destacar para jugar en Newell's, en el Valladolid, en el Oporto, en el PSG, en el Manchester, y, finalmente, en el Madrid. El tránsito le ha posibilitado hacerse con una fortuna importante que ha sabido invertir, y, en el plano moral, le ha proporcionado la certeza de que conoce todos los resortes del mundo del fútbol. Con el tiempo, sus dudas se han ido disipando hasta que ha adquirido la costumbre de pontificar. Está seguro de muchas cosas. En primer lugar, que él es "muy argentino", cosa que implica que otros no lo son tanto, o son peores. En segundo término, considera que defender bien tiene tanto mérito como atacar bien, y que en las materias de su oficio ya no tiene que aprender de nadie porque él es un gran maestro.

"Gabi está de vuelta de todo", dicen en el vestuario del Madrid; "y todo le da igual porque sabe que el año que viene no va a seguir aquí". Esta noche, ante el Barça, se medirá con Messi. El tiempo dirá quién da lecciones a quién.

Heinze, durante un partido de Liga con el Real Madrid.
Heinze, durante un partido de Liga con el Real Madrid.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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